viernes, 4 de noviembre de 2016

un te amo entre susurros, capitulo 14

Esa mañana Julián se despertó con los gritos de Ana María, pero no eran gritos de terror sino de alegría.  
Julián se asomó a la puerta
-¡Mi amor!- gritaba Ana María mientras corría hacia el portón.
Julián vio que abrazó y besó efusivamente a un tipo delgado de pelo corto.
Era Bernardo.
Ana María estaba feliz, con sus  ojitos llenos de lágrimas y en su boca se dibujó una sonrisa.
Julián no   pudo evitar sentir celos
-Que afortunado es ese tipo- pensó- tiene el amor de Ana María
Ella lo llamó:
-Primo Julián, ven-
Julián se acercó disimulando una sonrisa
-Primo, el es Bernardo, mi novio-
Julián estrechó con fuerza la mano del muchacho
-Hola- le dijo
La pareja entró a la casa y Julián se quedó ahí,   muerto de celos

Julián sentía muchos celos al verlos juntos, pero forzaba una sonrisa, sin embargo por dentro sentía unos casi irrefrenables deseos de golpear a Bernardo.
Durante la cena, este último lo estuvo interrogando:
-¿Y de dónde eres, Julián?-
-De la capital, aunque nací en un pueblito del norte-
-Ana María nunca me había hablado de ti-
-Estuve...En el extranjero por mucho tiempo-
Por ningún motivo Julián quería revelar que había estado en la cárcel, menos a Bernardo.

Bernardo no le inspiraba confianza a Julián, a pesar de que Ana María hablaba maravillas de él.
-Algo tiene ese tipo-
Decidió seguirlo sin que él se diera cuenta.

Durante dos tardes Julián no notó nada extraño en el comportamiento de Bernardo, pero al tercer día lo sorprendió con otra mujer.


jueves, 3 de noviembre de 2016

campo, guitarra y verso, capitulo 1

Sopla el viento con fuerza sobre los campos, sopla haciendo bailar las flores, sopla moviendo las ramas de los viejos sauces, pero el ruido que hacen sus hojas se ve opacado de repente por la incomparable cueca:
"Déjame que te llame
La consentida,
porque todo consigues, mi vida
con tu porfía.."
La abuela Eva era quien tocaba la guitarra y cantaba a todo pulmón (A sus ochenta años aun tenía un vozarrón) sus nietos Olivia y Juan la observaban alucinados, cada cueca que tocaba la abuela Elva era aplaudida y vitoreada por los niños
-Yo quiero aprender a tocar la guitarra- decía Juan
-Cuando tenga un tiempito te enseño-
La abuela Elva tocaba en el conjunto folclórico "Los almendrales" de Villa Clara, tocaban generalmente los días domingo después de misa, para los aniversarios de la hacienda o en los famosos malones que muy continuamente se hacían en las noches o a veces el grupo se iba de gira a otros pueblos.
Juan adoraba a su abuela, podía pasarse horas enteras escuchando las historias que ella le relataba o las leyendas que se sabía.
A veces Juan la acompañaba a buscar leña o a comprar a la pulpería de Don Víctor, pero lo que más le gustaba a Juan era cuando su abuela hablaba del folclor, de Violeta Parra y sus canciones o de Víctor Jara.

Juan y su familia Vivian en la hermosa hacienda de Villa Clara, un lugar con poquitos habitantes (No más de ochenta)  su casa estaba a los pies de un gran cerro y vivía con su mamá, su abuela y su hermana Olivia.  A su papá nunca lo conoció y Doña Eloísa, su madre, nunca hablaba de él, una vez Juan le preguntó por su padre y se llevó un gran reto por lo que el niño optó por no volver a tocar el tema.
Juan tenía casi 11 años   y a esa edad la vida es pura magia, cada día es  como un milagro y los ojos del niño estaban llenos de ilusiones, desde la primera vez que escuchó a su abuela cantar cueca se dijo a si mismo que quería dedicarse al folclor.
-Yo quiero tocar la guitarra como mi abuela, quiero tocar cueca y payar-
Su abuela planeaba regalarle una guitarra para su cumpleaños que estaba muy próximo. 


El olorcito a pan amasado se esparcía rápidamente por toda la casa durante la mañana. La señora Eloísa se levantaba temprano para empezar a hacer las cosas; sacar a las cabras del corral, alimentar a las gallinas, ir a buscar agua al pozo y prender el horno de barro para empezar a preparar el desayuno y luego el almuerzo.
Juan también se levantaba temprano para ir a la escuela, la que quedaba muy cerca.  Habían apenas 12 alumnos y un solo profesor por lo que las clases eran prácticamente en familia.
Siempre al salir de clases, Juan y su amigo Andi se iban a los corrales a ver a Mauro domar los caballos salvajes o entrenar con su yegua zaina para alguna carrera a la chilena.  Mauro era jinete y era el ídolo de toda la hacienda, había ganado varias carreras importantes en la región y las chiquillas del sector andaban locas atrás de él.
A menudo Mauro invitaba a los niños a cabalgar, les prestaba unos caballos amansados y se iban cerca de los cerros grandes.
Fue en una de aquellas travesías cuando Juan encontró aquel libro entre los montes.  Estaba todo descolorido por tanto sol, pero aun podía leerse algo con claridad]]; era un cancionero de Violeta Parra
-¿Quien lo vendría a tirar pa acá?- se preguntó
-Bótalo, ya no sirve-
Juan no lo botó, pues lo que para otros era solo un libro viejo, para él era un tesoro, aparecían  casi todas las canciones de Violeta Parra.

Cuando se lo mostró a la abuela Eva esta se puso muy contenta
-Las hojas están un poco descoloridas, pero aun se notan las canciones-

La mujer se puso a tocar una cueca

miércoles, 2 de noviembre de 2016

el diario secreto de Zaida, capitulo 26

RESUMEN: Luego de alimentarme bien el sultán me lleva a la cama en su alcoba….

-AAAY…ESO, WEON, MAS ADENTRO, MAS ADENTRO…UUUY…
Los dedos del sultán parecían serpientes recorriendo mi blanca piel, aprisionaban mis pechos y su boca no soltaba mis pezones
-SIGUE, SIGUE, PAPITO, SIGUE, SIGUE, ASI…UUY..
El hombre sí que era  un maestro en la cama, me hizo recagar, llegué a abrir los dedos de las patitas, pero ambos quedamos con ganas
-Por el culo- le dije- métemelo por el culo-
Casi me rompió el ojete del culo cuando metió esa wea tan gruesa, llegué a ver estrellitas.
-UUUY..NO ME VA A CABER, ME VAY A DESCULAR, WEON…
Me lo mandó a guardar por el culo y de vez en cuando me pegaba palmetazos en los cachetes o me apretaba las tetas
-UUY, QUE RICO, PAPITO…

Y seguimos quedando con ganas  y echamos una segunda cachita.  Nuestros cuerpos sudados rodaron por la cama mientras sentía su dura y gruesa polla dentro de mí y yo me deshacía en gritos y gemidos de placer.

Lo hicimos por tercera vez y el árabe culiao parecía ponerse cada vez más ganoso.  No se cansaba nunca el weon, me embestía con fuerza como un toro salvaje y yo me estremecía  cada vez que su wea entraba en mi chochito.

Aun cuando estaba casi con la lengua afuera yo le pedía más y el me complacía, me lo volvía a  meter mientras sus labios recorrían mi piel
-UUY, PAPITOO…

Quedé más transpirada que camello
-Vos soy una máquina, mijito rico- le dije
-Te quedarás conmigo para siempre en este palacio-
-Sí, quiero recibir tu polla todos los días, quiero que me hagay recagar, que me dejes tonta de tanto metérmelo-
-Jejeje-

Con el sultán yo vivía como reina; durante las tardes me sacaba a pasear por sus terrenos que eran enormes, un sinfín de jardines y bosques tan grandes que uno era capaz de perderse en ellos.   El me daba todo lo que yo pedía, complacía todos mis caprichos y por la noche me lo metía hasta dejarme con la lengua afuera.
Yo estaba más contenta que la chucha y creo que el weon estaba empezando a gustarme (Yo que pensé que después del Miguel nadie me iba a hacer sentir mariposas en la guata) Pero me daba unos besos tan ricos que me hacía flotar….
Ay, si era como estar viviendo un cuento de hadas, ni siquiera echaba de menos Chile, en ese palacio lo tenía todo.

Yo también hacia lo que él me pedía en la cama: si quería que me pusiera en cuatro lo hacía, si me decía que se lo chupara lo hacía…¿Quién le iba a decir que no a ese mijito rico?

Pero un día quedé con el hocico abierto cuando vi que una weona llegaba al palacio.
El weon de nombre raro me dijo algo que me dejó picada:
-Ella es Zulamni, ella va a ser tu reemplazante ahora-
-¿Reemplazante?-
-Ya cumpliste tu deber para con el sultán, él ahora quiere probar otras mujeres-




martes, 1 de noviembre de 2016

diario de un corazon enamorado capitulo 2

Aquella mañana en la universidad transcurría como cualquier otra, mis amigas y yo conversábamos antes de que empezara la clase, de pronto lo vi llegar; altivo, confiado, con los ojos más lindos que yo hubiera visto antes.
Era Mario, mi compañero nuevo, era bastante atractivo y se sentó a solo un par de puestos de mi lugar.
Mis amigas cuchichearon algo entre sí, pero yo estaba demasiado concentrada en los ojos de Mario como para hacerles caso.

Nunca me he hecho ilusiones con ningún niño (Ni hablar de enamorarme) Era imposible que algún muchacho lindo se fijara en mí, a ellos siempre les gustan las delgadas, las niñas como Magali, La más bonita de todo el salón.

7 de mayo
Mario era encantador y muy amistoso, le bastaron solo unos días para hacer amigos en la universidad, por supuesto que yo no había podido cruzar palabra alguna con él.  Confieso  que me ponía un poco nerviosa cuando él estaba cerca, tal vez se debía a sus ojos o a que era muy atractivo, pero algo tenía que apenas se acercaba yo bajaba la vista mientras mis mejillas enrojecían.

12 de mayo
Con el paso de los días empecé a sentirme atraída hacia Mario y durante las clases no podía dejar de mirarlo, aunque sabía que prácticamente era invisible para el ¿Cuándo se iba a fijar en una niña gordita como yo? No. A Mario de seguro le gustaban las flacas.

Pero aquella tarde me lo encontré a la salida y por primera vez sus ojos color esmeralda se clavaron en los míos..





lunes, 31 de octubre de 2016

Uy, vecinita, capitulo 5

RESUMEN: El italiano Paolo continúa causando estragos cada vez que Paulina lo ve, una mañana ella se queda con la boca abierta mirando como él hace ejercicios y al ir bajando las escaleras tropieza cayendo justo en los brazos del apuesto vecino....

-Cuidado, bella- le dijo el italiano
Los poderosos brazos de Paolo habían evitado que Paulina se diera un gran porrazo.
Ella se quedó mirándolo.    Por unos instantes pareció perderse en aquellos profundos ojos azules.
-¿Estás bien?-  le preguntó el
-S-si-
Las manos de Paolo sujetaban con fuerza su cintura.  Paulina se puso muy nerviosa, estaba tan  cerca de su boca...
-Yo...
El italiano la ayudó a incorporarse, Paulina estaba roja
-Gracias- dijo
Él le tomó   la mano y se la besó
-No fue nada-
Algo tenían aquellos ojos azules que Paulina se sentía encantada al mirarlos
-Gracias- volvió a decir
Él le dedicó una sonrisa y siguió su camino.  Ella se quedó mirándolo hasta que se perdió a lo lejos.


Paolo no tardó en conseguir un local para instalar su gimnasio, mandó traer todas las maquinas e implementos necesarios y contrató a un grupo de obreros para que remodelara el lugar
-En un par de semanas mi gimnasio va a estar funcionando- dijo el apuesto italiano
-Anótame como tu primera clienta- dijo Paulina
-A mi igual- agregó Liliana

Todas las mujeres del barrio estaban locas por el italiano, hasta le llevaban postres a la casa y más de alguna lo invitaba a almorzar.  
-Viejas calientes- decía Paulina
Había otras mujeres que hasta lo acompañaban a trotar.

Entretanto Miguel, el pololo de Liliana seguía obsesionado con Paulina y cada vez que iban a casa de esta se quedaba mirándole las tetas   o el culo cuando se daba vuelta.
-Pensar que usa calzones de los más chiquititos- decía para si
Aun guardaba el calzón que le había sacado de la cómoda, lo tenía como un autentico trofeo, a veces hasta se mandaba alguna paja en honor a Paulina.
-De alguna manera tiene que ser mía, de alguna manera quiero tocarle esas tetotas y meter toda  mi polla en su culo-
Pero llevar a cabo algún plan era complicado, sobre todo teniendo a Liliana tan cerca.


Una mañana en que Liliana había salido (Y Miguel lo sabia) el mirón fue a ver a Paulina
-¡Miguel!- exclamó esta ultima al verlo-¿Qué haces aquí?-  
-La Liliana no está, ¿Puedo esperarla aquí?-
-Es que...
-Por fa-
-Bueno-
Miguel entró y lo primero que hizo fue mirarle el culo a Paulina, esta lucia una falda blanca y una blusa un tanto escotada
-Medias tetas- pensó Miguel- ojalá se agache para poder vérselas mejor-
Como si el deseo de miguel hubiera sido escuchado Paulina se agachó a recoger algo y su escote dejó entrever un poco mas de sus blancas y enormes tetas.
-Uuh, las medias weas-
Miguel tuvo una gigantesca erección
-Voy a hacer las camas- dijo Paulina- ve tele por mientras-
Pero Miguel no tenía intenciones de ver televisión, se fue tras ella y se puso a mirar como hacia las camas sin que se diera cuenta
-Que rico culo- pensaba al verla
No había viento como para que le levantara el vestido.
Miguel miró el baby doll negro que estaba en el piso, era el que usaba Paulina
-¡Ay!- dijo ella al darse cuenta de que la estaba mirando-¿No te quedaste viendo tele?-
-No, no daban nada bueno-
-Ya...Eh...yo ya terminé aquí, vamos al comedor-
Paulina se sentía incomoda con el ahí, quería que su cuñada llegara rápido para que aquel mirón se fuera
-Es mejor ver tele- dijo
Pero desafortunadamente la falda le quedó pillada en algo y se le bajó un poco, tan solo un poco, pero fue lo suficiente como para que Miguel se deleitara con sus minúsculos calzones y su blanco y perfecto culo.