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Juan quiso interrogar a su mamá más
tarde, quería saber si era verdad que su padre iba a regresar, aunque sabía que
su mamá nunca hablaba de él, además se veía
tan afectada que no quiso tocar el tema.
La abuela Eva se fue a su gira y Juan siguió
practicando con la guitarra, sacando canciones de Violeta Parra, aunque tenía
la mente puesta en lo que había escuchado: ¿Seria cierto que su padre iba a
volver? Siempre había anhelado saber quién era, conocerlo, preguntarle la razón
por la cual los había abandonado.
Mientras tocaba las canciones de Violeta
Parra..
“Que pena siente el alma
Cuando la suerte impía
Se opone a los deseos
Que anhela el corazón,
Que amargas son las horas
De la existencia mía
Sin olvidar tus ojos
Sin escuchar tu voz..”
Cuando la abuela Eva volvió él ya se sabía
casi todas las canciones de Violeta Parra, ella le pidió que le cantara una y
Juan lo hizo.
Lágrimas de emoción cayeron por los ojos
de la mujer
-Es tan habiloso mi niño-
-Pal cumpleaños te vamos a regalar una
guitarra-
Ahora fue Juan quien se emocionó, lo que
más quería en el mundo era una guitarra para tocar cueca como su abuela .
Llegó el ansiado cumpleaños de
Juan. La señora Rosa y su abuela le
prepararon una fiesta e invitaron a todos sus amigos, incluso a Mauro el jinete
campeón.
Todos la pasaron muy bien, pero cuando llegó
el momento de abrir los regalos Juan no veía
la guitarra por ninguna parte

