29 de mayo
Mario me tenía en las nubes.
No podía evitar ver todo lindo y la vida me parecía maravillosa, me la
pasaba suspirando y pensando en él.
Esa mañana cuando llegué a la universidad ignoré las burlas
de Magali.
Pero nada podía hacerme enojar ese día.
Miré a Magali
-Pobre- pensé- si supiera que Mario está loco por mí, Jijiji-
- se caerá de espaldas cuando vea que seremos novios-
Vi a Mario junto a sus amigos
-¡Mario!-
No me miró
-Hola, Mario-
Frunció el ceño, pero no me saludó, continuó hablando con
sus amigos.
-Mario-
Me acerqué a saludarlo y sus amigos estallaron en carcajadas
-Hola, Mario-
-¿Qué quieres?-
-Solo quería saludarte, después de que nos vimos en…
-Ya, ya me saludaste, ahora déjame tranquilo que estoy
hablando con mis amigos-
-Yo creí…
¿Por qué? ¿Por qué se comportaba así? ¿Qué estaba pasando?
A mis amigas no les había contado nada, aunque ellas sabían que
me encantaba Mario.
Aún quedaba un día para volver a juntarme con él, que me tomara de la mano y me viera a los
ojos, quería abrazarlo y estar a su lado para siempre, pero más que nada quería
que me besara.
Al salón llegó un compañero nuevo.
Era guapo y según mi amiga Fernanda era bastante simpático,
se llamaba Luis y parecía ser muy estudioso.
Fernanda se hizo su amiga y durante el recreo Luis se nos unió
al grupo de amigos junto con otro compañero.
Fernanda tenía razón, era muy simpático. Yo creo que si no estuviera tan enamorada de
Mario habría puesto mis ojos en Luis
Pero después del recreo Fernanda me dijo algo que me sorprendió:
-Luis no ha dejado de hablar de ti-

