viernes, 23 de diciembre de 2016

Uy vecinita capitulo 8

8-RESUMEN: Ricardo, un ex pololo de Paulina sigue obsesionado con ella, logra averiguar donde vive y espera hasta que se va Héctor para ir a golpear su puerta y besar a Paulina a la fuerza..

Paulina sorprendida absolutamente  por aquel beso poco pudo hacer.
Ricardo apretó con fuerza su cintura mientras sus labios probaban los de Paulina.
-¡Suelta, weon!-
Paulina se liberó de sus brazos:
-¿Que wea crees que haces, weon?-
-Pauly, yo aún te quiero y no pude contener las ganas de volver a besarte-
-Ándate,  sal de mi casa-
-Perdóname-
-¡Ándate!-
Ricardo se fue, pero al menos se había dado el gusto de volver a probar esos labios
-Por ahora me rechaza- pensó- pero ya va a volver a mí y  me pedirá que recordemos viejos tiempos-

Paulina estaba furiosa
-Weon patuo, por la cresta, debí haberle pegado una cachetada, se lo merecía-
Salió furiosa persiguiendo a Ricardo, pero no lo encontró
-Uy, weon, que rabia, pero si vuelvo a verlo le vuelo la jeta de una cachetada-
Estaba tan enojada que ni al gimnasio quiso ir.

Paolo, extrañado ante su ausencia fue a verla.
A Paulina se le espantó la furia cuando lo vio, una sonrisa se le dibujó en el rostro
-Hola, Paolo-
-Hola, Paulina, me preguntaba por qué  no habías ido hoy al gimnasio-
-Ah, es que tuve un problema-
-¿Estás bien?  ¿Puedo ayudarte en algo?-
-Estoy bien, gracias-
-Pensé que quizás te habías enfermado o te había pasado algo-
-Mañana voy sin falta-
-Bueno, te espero entonces-
-Nos vemos-
Paulina se quedó mirando como Paolo subía hasta su departamento
-Es tan lindo- pensó ella 

Al otro día Paulina se puso su tenida deportiva y se fue al gimnasio.
El italiano sonrió al verla.
-Paulina, que gusto que hayas venido-
-Hola-
Paulina se puso a hacer sus habituales ejercicios, había llevado ropa para cambiarse y una toalla para después de ducharse.
Mientras hacia sus ejercicios ella no dejaba de mirar a Paolo
-¿Qué me pasa?-  se preguntaba-¿Por qué no puedo dejar de verlo?-
Se fijaba en sus bien formados músculos, en el bulto que se le marcaba en la entrepierna.

Al terminar de ejercitarse Paulina le consiguió la ducha 
-Por supuesto- le dijo el- ocúpala nomas-
Paulina se metió a la ducha, estaba en lo mejor bañándose y pensando en el paquete de Paolo cuando...
-¿Eh?...
El agua se cortó
-¿Qué pasó?-
   Paulina salió de la ducha:
-¡Paolo, se cortó el agua!-
Pero no hubo respuesta
-¡Paolo, se cortó el agua!-
No se escuchaba nada, ni siquiera el  murmullo de la gente haciendo ejercicios
-¿Se habrán ido todos?-
Echó un vistazo por la puerta; en los baños no se veía nada. 
-¡Paolo!-
Sin respuesta.
Se puso la toalla y salió a mirar.
Efectivamente el gimnasio estaba vacío.
- Se fueron y yo me quedé aquí... Y se cortó  el agua mas encima..AAY..
Chocó con Paolo
-Paulina ¿Qué haces así semi desnuda aquí?-
-Se cortó el agua-
- A ver-
Paolo revisó la ducha de mujeres
-Debe haber una llave mala porque en la ducha de hombres si hay agua-
-¿Y ahora qué hago?
De pronto la toalla se   le cayó y quedó desnuda frente al apuesto italiano
-AAAY..
Continuará  


jueves, 22 de diciembre de 2016

capitulo 5 de SUREÑA DE MI ALMA

Mientras me tomaba el jugo que Érica me  había preparado con tanto cariño no dejaba de mirarla y sentirme cada vez mas fascinado por su hermoso rostro
-Eres bien callado tú, Manuel-
-Jejeje-
No era tan callado como  ella pensaba, pero me sentía un tanto intimidado por su hermosura
-¿Estas estudiando?-
-Si-
-Te veo nervioso. Relájate si yo no muerdo....Bueno, a menos que lo quieras, jijiji-
Me puse rojo y creo que hasta tirité un poco
-En este barrio son un poco cahuineros- dijo- me han inventado cada cosa...
Me sentí un poco culpable pues mi madre era una de las que tanto hablaba mal de ella
-No les hagas caso- le dije
-No ¿Qué caso les voy a hacer?-
-¿Eres del sur?-
-Sí, de Temuco, me vine porque la cosa estaba media mala allá, y acá hasta ahora me ha ido bien-
-¿Y donde trabajas?-
-Bailo en un club nocturno-
-Ah-
Entonces era cierto que trabajaba como desnudista
-Nunca me he acostado con nadie por plata- aclaró ella
-Yo no he dicho nada-
-Pero lo pensaste, jijiji-
-No, enserio-
-¿Tienes polola?-
-No-
-¿Y por qué no?  Un niño tan lindo y sin polola-
¿Guapo? Nunca me habían dicho guapo
-Jejeje-
-¿Cuantas pololas has tenido?-
Siempre que me preguntaban eso me daba vergüenza responder
-Ninguna-
-¿Qué? ¡Ninguna! no te creo-
-Enserio-
Esperaba que no me hiciera explicarle que casi no salía y que las niñas de mi curso me veían como un tonto.



Un te amo entre susurros capitulo 18

Julián se sobresaltó; Roxana lo había escuchado
Julián no supo que decirle
-Lo sabía- le dijo Roxana - Te gusta Ana María-
Julián se puso rojo como nunca antes
-Te acabo de escuchar, Julián-
-Sí, pero Roxana...
-No te preocupes, no le diré nada a mi amiga, eso debes hacerlo tú-
-Lo nuestro es imposible, somos primos-
-¡Tonterías! Anímate a hablarle y puede que te lleves una sorpresa-
-¿Una sorpresa?-
-Jijiji, tu solo háblale-
Julián decidió jugarse el todo por el todo: le hablaría a Anita sin importar lo que pasara.

Esperó a que estuvieran los dos solos para acercarse:
-Ana María,  tengo algo importante que decirte, aunque creo que después de que lo haga dejarás de hablarme o me odiarás-
-¿Por qué? ¿Qué cosa tan terrible es lo que vas a decirme?-
-Tengo que confesarte algo-
-Dime-
-Es algo complicado-
-Solo dímelo y ya-
Julián respiró hondo y luego se lo dijo a quemarropa:
-Estoy enamorado de ti, Anita. Me enamoré  desde aquella vez que te vi en el funeral de mi padre.  Fuiste lo único en lo que pensé desde entonces, fue por eso que llegué a este pueblo, solo para volver a verte aunque jamás pensé en confesarte lo que sentía-
-Julián, yo...
-Lo sé, me debes estar odiando, debes pensar que soy un aprovechado..
-No, yo también siento lo mismo por ti-
-¿Qué?-
-Poco a poco has ido llenando mi corazón, te amo, Julián-
 


martes, 20 de diciembre de 2016

Campo, guitarra y verso, capitulo 5

La señora Elsa se puso pálida
-¡Robinson!-
Disimuladamente se fue hasta la puerta donde estaba aquel hombre a quien nadie reconocía y que miraba fascinado a Juan y la abuela Eva mientras tocaban cueca.
La señora Elsa lo llevó afuera
-¿Qué haces aquí?- le preguntó
-Es el cumpleaños de mi hijo, tenía que verlo-
-Ahora te acordaste que tenías hijo, después de todo este tiempo que lo dejaste solo-
-Me fui porque…
-No quiero saberlo ya-
-Elsa, yo…
-Ándate, no quiero que estés en mi casa, no quiero verte-
-No me puedes negar que vea a mi hijo-
-Ahora dices que es tu hijo ¿Y todos los años que lo dejaste solo?-
-Déjame explicarte-
-No quiero saberlo, ándate-
Robinson hizo un gesto de resignación y se alejó.
-¡No te atrevas a acercarte a Juan!- le advirtió la señora Elsa
La mujer volvió a entrar, la gente aplaudía y vitoreaba a Juan y la abuela.
-¿Viste como tocamos la cueca, mamá?- le preguntó Juan
-Muy lindo, hijo-
Pero la mente de la señora Elsa estaba en otro lado; el regreso de Robinson había abierto viejas heridas que creía ya sanadas.
-¿A que volvió? Solo a jodernos la vida-
-¿Qué pasó?- le preguntó la abuela Eva      
-Robinson volvió-
-¿Qué?-
Elsa le contó todo a la señora.
-¿Crees que quiera llevarse a Juan?-

-No dejaré que se le acerque-

lunes, 19 de diciembre de 2016

Diario de un corazon enamorado, capitulo 6

Durante La clase miraba a Mario, pero él ni caso me hacia
-¿Qué le pasa? Ayer era tan cariñoso, hasta me dijo bonita- miré a Magaly- de seguro ella le metió ideas  en la cabeza-

Recién a la salida de clases Mario me habló:
-Espérame en la esquina- me dijo a la pasada
Mi corazón saltó de gusto al oírlo.
Le hice caso y lo esperé en la esquina como él quería.
Me sorprendió al saludarme con un beso en la mejilla.
-¿Cómo estás?- me preguntó- hoy no hemos tenido mucho tiempo para hablar-
-Pensé que ya no querías hablarme, como te vi con Magaly…
-Sí, es amiga mía, pero es un poco pesada a veces-
-¿A veces? Siempre-
-Jajaja, sí, siempre-
Me ayudó a llevar la mochila, otra vez volvía a ser  el muchacho amable del día anterior.
Y las sorpresas seguían: me  dejó boquiabierta cuando me  invitó a salir
-¿Me estás hablando enserio?- le pregunté
-Muy enserio-
Nunca nadie me había invitado a salir.
-Vamos a dar un paseo por la playa- me dijo
-¡Ya!-
Me encantaba la idea: pasear por la playa y luego ver juntos el atardecer.  Que romántico.
-Mañana a las cuatro-
-Está bien-
Se despidió con un beso en la mejilla y yo quedé feliz.

Al otro día era sábado por lo que al no tener clases no sabía qué hacer y me impacienté.  Mario era mi único pensamiento, no sabía qué hacer para que las horas pasaran luego   
-Ojalá que todo salga perfecto-