1- El
niño más cabezón del Tangue
En las hermosas tierras de la hacienda El Tangue, en
medio del incomparable campo chileno, en una casita junto a la pulpería del
lugar, nació el Lucho Aguirre, un niño muy feo y muy cabezón, con tintes rojizos
en los ojos y muy flacuchento, casi desnutrido.
Fue criado únicamente por la señora Demi, su madre
quien desde pequeño lo aguaguó tanto que el Lucho salió bastante tímido y
asustadizo. Le tenía miedo a todo, hasta
a su propia sombra, además era un niño muy ingenuo y a menudo sufría con las
bromas de los demás niños del Tangue en especial las del bruto del Mandrade, un
gorilón que vivía en la entrada de la hacienda y a quien le encantaba golpear a
los demás.
El Lucho se la pasaba pegado a su madre y cuando
ella iba a vender dulces a la cancha también la acompañaba.
Las pocas veces que el Lucho salía era para ir a
jugar con el Chicho o para ir a buscar las cabras al cerro.
-Tenis que avivarte más, cabezón- le decía el
Chicho
El Lucho solo lanzaba una risita.
Al Bicache le encantaba hacerle bromas al Lucho y
tenía un cómplice: el Jecho, un niño moreno que jamás se sacaba su gorra ni
para ir al baño (Muchos decían que era calvo y que por eso se la dejaba puesta)
El Lucho andaba muy re enamorado de una niña que se
llamaba Oriana. Llegaba a soñar con ella, aunque su timidez le impedía
acercarse y confesárselo.
Una mañana el Lucho estaba en su jardín cuando
pasaron el Bicache y el Jecho y se les
ocurrió hacerle una broma:
-Oye, luchin- le dijo el Jecho-¿Que estay haciendo
aquí? ¿No vay a ir a la cita con la Oriana?-
El Ibacache lanzó una risotada
-¿Ah?- preguntó el Lucho-¿Que cita?-
-La Oriana dijo
que te iba a estar esperando allá en el bosque de Puerto Aldea-
El corazón del Lucho dio un brinco de alegría.
-¿Enserio?-
-Si, luchin, te mandó a decir eso con nosotros-
Una sonrisa se dibujó en el rostro del Lucho
-¡La Oriana me quiere!-
Entró a toda prisa a su casa, se cambió de ropa y se
echó perfume
-¡Me quiere, me quiere! ¡La Oriana me quiere y por eso
me está esperando!-
Tomó su vieja bicicleta y se fue al bosque de Puerto
Aldea
-¿Pa donde vay, Luchito?- le preguntó el Moda
-A ver a mi polola, jijiji-
-¡Toma el tonto!-
El Lucho iba feliz, casi llorando de alegría, ya se
imaginaba a la Oriana confesándole que estaba enamorada de él.
-A lo mejor hasta me da un besito, jijiji-
Cuando llegó al bosque dejó la bicicleta apoyada en
un eucalipto
-¡Oriana! ¿Donde estay? ¡Oriana!-
Empezó a buscar por todo el bosque, pero la niña no
estaba
-Jijiji, apuesto a que se escondió porque le da
vergüenza-
Pero con el correr de los minutos empezó a
preocuparse:
-¡Oriana!-
Llegó la hora de almuerzo y la Demi fue a casa del
Chicho pensando que el Lucho estaba allá
-Pa acá no ha
venido- dijo el Chicho
-Cabro leso ¿Donde estará?-
Empezó a buscarlo por todo El Tangue, pero parecía
que se lo había tragado la tierra
-¿Donde se metió mi niño?-
En el bosque al Lucho le dio hambre, pero no se
quería mover del lugar
-Son demorosas las mujeres, jijiji, de seguro que se
atrasó-
De pronto escuchó un ruido cercano
-¿Oriana?-
Se le vinieron a la mente las historias de horror
que le contaba el Mayo Cuevas
-Oriana ¿Soy tu?-
Se escuchó un
gruñido.