jueves, 2 de febrero de 2017

un te amo entre susurros capitulo 21

  -¡Estuvo en la cárcel!- exclamó Roxana- Julián es  un ex presidiario- y Anita lo tiene viviendo aquí-
Se alejó cuidadosamente para que no la escucharan.
-No puedo creerlo; un ex presidiario viviendo aquí en la casa-

Ajenos a los reproches de Roxana, Ana María y Julián continuaban disfrutando de su amor.
Tenían pensado hacer un viaje a Iquique durante el fin de semana.

Entretanto el Manco Araya no se daba por vencido; tenía planeado convencer a Julián para que lo ayudara a robar la bóveda de Rómulo Roldán.
Esperó a que Julián saliera de la escuela.
-¿Así que ahora eres profesor?- le preguntó
Julián se molestó:
-Araya ¿Qué demonios quieres?-
      -Convencerte para que me ayudes a robar la bóveda de Roldán -
-Yo ya dejé de delinquir, sigo otro camino por si no te has dado cuenta-
-Solo finges para engañar a la muñeca esa con la que andas, pero tú nunca cambiarás, te criaste como delincuente y vas a morir siendo un delincuente-
-Claro que no. Lárgate, tengo cosas que hacer-
Julián lo dejó hablando solo.

Roxana fue a hablar con el comisario:
-El profesor Julián es un ex presidiario, yo lo escuché hablando con mi amiga Ana María-
El comisario lanzó una risotada:
-Jajaja ¿El profesor un ex presidiario?-
-Si, tal y como lo oye-
-Yo mismo investigué los antecedentes del profesor y puedo asegurarle que son intachables-
-Yo lo escuché-
-Y yo lo corroboro- dijo alguien
Era el manco Araya   
  


 

Lucho aguirre capitulo 1: el niño mas cabezon del Tangue

1-      El niño más cabezón del Tangue

En las hermosas tierras de la hacienda El Tangue, en medio del incomparable campo chileno, en una casita junto a la pulpería del lugar, nació el Lucho Aguirre, un niño muy feo y muy cabezón, con tintes rojizos en los ojos y muy flacuchento, casi desnutrido.
Fue criado únicamente por la señora Demi, su madre quien desde pequeño lo aguaguó tanto que el Lucho salió bastante tímido y asustadizo.  Le tenía miedo a todo, hasta a su propia sombra, además era un niño muy ingenuo y a menudo sufría con las bromas de los demás niños del Tangue en especial las del bruto del Mandrade, un gorilón que vivía en la entrada de la hacienda y a quien le encantaba golpear a los demás.

El Lucho se la pasaba pegado a su madre y cuando ella iba a vender dulces a la cancha también la acompañaba.
Las pocas veces que el Lucho salía era para ir a jugar con el Chicho o para ir a buscar las cabras al cerro.
-Tenis que avivarte más, cabezón- le decía el Chicho  
El Lucho solo lanzaba una risita.

Al Bicache le encantaba hacerle bromas al Lucho y tenía un cómplice: el Jecho, un niño moreno que jamás se sacaba su gorra ni para ir al baño (Muchos decían que era calvo y que por eso se la dejaba puesta)
El Lucho andaba muy re enamorado de una niña que se llamaba Oriana. Llegaba a soñar con ella, aunque su timidez le impedía acercarse y confesárselo.
 
Una mañana el Lucho estaba en su jardín cuando pasaron el Bicache y el Jecho  y se les ocurrió hacerle una broma:
-Oye, luchin- le dijo el Jecho-¿Que estay haciendo aquí? ¿No vay a ir a la cita con la Oriana?-
El Ibacache lanzó una risotada
-¿Ah?- preguntó el Lucho-¿Que cita?-
-La Oriana dijo  que te iba a estar esperando allá en el bosque de Puerto Aldea-
El corazón del Lucho dio un brinco de alegría.
-¿Enserio?-
-Si, luchin, te mandó a decir eso con nosotros-
Una sonrisa se dibujó en el rostro del Lucho
-¡La Oriana me quiere!-
Entró a toda prisa a su casa, se cambió de ropa y se echó perfume
-¡Me quiere, me quiere! ¡La Oriana me quiere y por eso me está esperando!-
Tomó su vieja bicicleta y se fue al bosque de Puerto Aldea
-¿Pa donde vay, Luchito?- le preguntó  el Moda
-A ver a mi polola, jijiji-
-¡Toma el tonto!-
El Lucho iba feliz, casi llorando de alegría, ya se imaginaba a la Oriana confesándole que estaba enamorada de él.
-A lo mejor hasta me da un besito, jijiji-

Cuando llegó al bosque dejó la bicicleta apoyada en un eucalipto
-¡Oriana! ¿Donde estay? ¡Oriana!-
Empezó a buscar por todo el bosque, pero la niña no estaba
-Jijiji, apuesto a que se escondió porque le da vergüenza-

Pero con el correr de los minutos empezó a preocuparse:
-¡Oriana!-


Llegó la hora de almuerzo y la Demi fue a casa del Chicho pensando que el Lucho estaba allá
-Pa acá  no ha venido- dijo el Chicho
-Cabro leso ¿Donde estará?-
Empezó a buscarlo por todo El Tangue, pero parecía que se lo había tragado la tierra
-¿Donde se metió mi niño?- 


En el bosque al Lucho le dio hambre, pero no se quería mover del lugar
-Son demorosas las mujeres, jijiji, de seguro que se atrasó-
De pronto escuchó un ruido cercano
-¿Oriana?-
Se le vinieron a la mente las historias de horror que le contaba el Mayo Cuevas
-Oriana ¿Soy tu?-
Se  escuchó un gruñido.