viernes, 23 de septiembre de 2016

Las fantasias de Laura, capitulo 26

RESUMEN: El forastero Omar  y Laura continúan teniendo un romance a escondidas, mientras un hombre busca a Omar en el pueblo…

Los recuerdos llegaban poco a poco a la mente de Omar; veía a una mujer y a dos niños ¿Serian su familia?

Laura se puso triste cuando él le contó:
-Tal vez se trata de tu familia, tal vez eres casado-
-Pero yo te quiero a ti-
-Es porque no recuerdas tu vida antes del accidente, cuando lo hagas volverá a ti el amor que sentías por ella y yo quedaré en el olvido.
Laura estaba muy enamorada de Omar, tanto que si este le pedía que se fueran juntos estaba dispuesta a aceptar sin importar ni sus hijos ni Mauricio.
-No me importa mi pasado- le dijo el- me importa el presente, donde estás tú, y el futuro, donde espero que estés-

Seguían viéndose a escondidas, besándose apenas los demás se descuidaban y los dejaban a solas.
Laura era cuidadosa, sabía que Doña Berenice había empezado a sospechar algo y debía ser precavida.

Omar se pasaba el día ayudando en la casa, Mauricio le había encargado que arreglara el techo y también la cerca de la casa y el alambrado del huerto.

Por las noches Laura sentía deseos de ir a su lado en la cama, de pasar la noche con él.
-Estoy enamorada hasta las patas- pensó- no sé cómo llegué a esto.  Es algo lindo…Y peligroso a la vez, si alguien llega a enterarse…


Al otro día, a la hora de almuerzo Mauricio tenía noticias para Omar:
-En el pueblo anda un gallo preguntando por usted, tiene pinta de mala gente-
-¿Quién será?-
Continuará




jueves, 22 de septiembre de 2016

El diario secreto de Zaida, capitulo 23

-Anímate, Zaida- me dijo-¿Salimos o no?-
Yo la weona le creí.
-Bueno ¿Cuándo?-
-Esta noche-
Me cerró un ojo.
-Te calentaste conmigo, weon-
-Puede ser-
-Jijiji-


Me había comprado un muy lindo vestido rojo que remarcaba todas mis curvas, ni hablar de mis tetas.  El weon del Alfredo iba a quedar loco cuando me viera, Jijiji.
Por supuesto que no me puse calzones para ir a la cita.
-Estas preciosa- me dijo el weon
-No sé qué te dio por invitarme a salir si tú me odiabas hasta hace poco-
¿Acaso el weon salía conmigo por puro despecho?
-Ya te dije; no es bueno que nos llevemos tan mal y menos viviendo en la misma casa, yo voy a poner de mi parte para que nuestra relación mejore ¿De acuerdo?-
-Bueno-
-Te voy a llevar a un muy buen restaurant-
A lo mejor el weon quería curarme para después mandármelo a guardar, pero no necesitaba hacerlo; con decirme que quería ponérmelo yo le decía que si altiro.  Después de todo él tenía la media wea y no lo iba a rechazar.
-Vamos- le dije
Me subí a un auto y el weon aprovechó de mirarme las tetas
-Mmm, parece que anday caliente, weoncito-
-Jejeje-

Me llevó a un elegante restaurant
Pidió una comida bien cara que no sé cómo chucha se llamaba.   
-Esta es una cena para hacer las paces, Zaida-
-Oye, dime que me lo Queris poner nomas, weon, se directo, yo no te voy a decir ni una wea, mijito, juégatela-
-Comamos primero, después vemos lo que pasa-
Le toqué el paquete.
-Mmm, viste que lo tenis durito-
-Eres bien caliente tu-
-Y a mucha honra, culiao- me pasé la lengua por los labios- y me gustan las vergas bien grandes-
-Jejeje, bueno, cenemos y después te llevo a un motel-
-Bueno, papito-
Comimos (yo prácticamente me tragué la cena, lo único que quería es que el mijito rico me lo pusiera, hasta me había olvidado lo pesado que el weon era conmigo)
-Vamos a un motel, mijito-
-Estas ansiosa, jajaja-
-Quiero sentir tu wea dura dentro de mí, hazme gritar, papito-

Nos fuimos a un motel (yo ya conocía varios) apenas entramos a la habitación tiré el vestido a la mierda
-Ya, mijito, traiga su pedacito rico para chupárselo entero-
Él se sacó la ropa.  Que rico volver a ver su gran verga.
-Mmm…
Se acercó y me metí su wea en la boca…Uy, como lo estaba disfrutando. 
Le pasé la lengüita, me la movía de un lado a otro en la boca.  Era tremenda wea.
-Tírate a la cama, Zaida-
Le hice caso y abrí las piernas.  El weon embistió sobre mí, era tan  bueno en la cama como su papá
-UUUY, MIJITO, ESOO
Llegaba a bramar como un torito salvaje, tocando mis tetas, besándome, haciéndome cagar
-UUY, QUE RICO, QUE RICO, ESOOO…
Era tan grande su wea que no me cabía completa, parecía que mi interior iba a explotar con la media wea metida.
-AAAY…AAAY..VOS SOY UN BURRO, WEON, ESO, ME GUSTA, ME GUSTA
-¿Te gusta?-
-Sí, métemelo todo, métemelo todo…
-¿Quieres más?-
-Sí, quiero más verga, quiero más verga-
-¡Entren muchachos!-
-¿Qué wea?-
De pronto tres tipos entraron en la habitación
Continuará…




martes, 20 de septiembre de 2016

Uy, vecinita, capitulo 2

2
RESUMEN:  Paulina y su esposo Héctor deben mudarse a otra ciudad por motivos de trabajo, al llegar son recibidos por Liliana, la hermanas de Héctor quien tiene un pololo que mira a Paulina con ardiente deseo y cara de sádico, pero no es el único que le echa el ojo a Paulina; Ño Floro, un viejo caliente del barrio empieza a seguirla con la intención de toquetearla...

El viejo apuró el paso.  Sus ojos no se despegaron del culo de Paulina, se saboreaba imaginando que tipo de ropa interior llevaba puesta ella.
-No valla tan apurada, mijita- le dijo el viejo
Paulina lo miró un tanto molesta, luego lo ignoró.
-Ps, hey, guagüita rica-  
Paulina apuró el paso para llegar luego a su casa, respiró aliviada cuando lo logró.
-Chao, mijita- le dijo el viejo y le tiró un beso
-Viejo chancho-

Con el paso de las semanas Paulina aprendió a moverse con mayor seguridad en la ciudad, se memorizó las calles y salía sola, sin el riesgo de perderse.

Una mañana que había ido  al centro a hacer trámites se encontró con Ricardo, un ex pololo suyo
-¿Paulina?-
Ella frunció el ceño, no lo había reconocido en un principio
-¿Ricardo?-
-Hola, Pauli, ¿Cómo estás?-
-Hola, tanto tiempo-
Ricardo era muy atractivo, por un momento pasaron por la mente de Paulina los buenos momentos que habían pasado juntos
-¿Estás viviendo acá en Coquimbo, Ricardo?-
-Hace tiempo, pero no sabía que tu también vivías aquí-
-Me mudé hace un par de semanas debido al trabajo de mi pareja-
-¿Te casaste?-
-Si-
-¿Quien es el afortunado?-
-Jijiji, no lo conoces-
-Oye ¿Quieres ir a tomar un café?-
-No, gracias, ando apurada-
-Toma- le entregó una tarjeta- si necesitas un taxi solo llámame- 
-Mmm, eres taxista-
-Si-
Paulina se despidió de él.
Ricardo le quedó mirando el culo.
-No sabía que mijita Paulina vivía aquí, jejeje, creo que la haré recordar viejos tiempos-

Desde que volvió a ver a Paulina, Ricardo deseó más que nada  tener la oportunidad de estar de nuevo a solas con ella
-Ojalá que me la encuentre mañana- se decía cada noche
Y aunque estaba casado con Nora, él pensaba en Paulina.
Nunca la había olvidado.
-No me importa que esté casada, la voy a reconquistar-


En el barrio a Paulina le apodaron "la cuica", por sus ojos claros, su linda piel y porque no miraba a nadie cuando andaba en la calle
-Se hace la weona- decía la tóxica, una punk que se juntaba con los borrachos de la esquina, junto a ella estaba "La tanque", una gorda que también era punk    
-Apuesto a que se los come doblaos la fea de mierda-
Como ninguna trabajaba se pasaban el día vagando por la calle, pidiéndole plata a la gente para comprarse alcohol o simplemente asaltando a cualquier incauto en la noche.
Ambas le habían tomado mala a Paulina porque consideraban que las miraba en menos
-Espérate a que me haga algún  desprecio- dijo la toxica- le rompo el hocico, le dejo pa la cagá esa carita de niñita buena que tiene-
-No sean malas, niñas- dijo Ramona, una drogadicta que también se juntaba con los borrachos  de la esquina, era lesbiana y tenía una relación con una mujer que trabajaba operando maquinaria pesada en la construcción.
-¿Que acaso te gusta esa weona, Ramona?- le preguntó la toxica refiriéndose a Paulina
-Está bien rica-
-Jajaja, bueno, una vez que le saquemos la chucha te la dejamos pa que le chupes lo que quieras-


Entretanto, Miguel fue a ver a su polola y rogaba para que esta fuera a visitar a Paulina
-Ojalá que vayamos donde la vecinita- pensaba-quiero volver a ver ese culito-
No fueron, pero cuando Miguel se despidió de Liliana decidió echar un vistazo por la ventana de Paulina
-Ojalá esté  pelaíta-


domingo, 18 de septiembre de 2016

Besos, versos y espinas, capitulo 35

Resumen: Don Nicanor logra averiguar dónde se esconde Clara y se la lleva de regreso a la hacienda sin que Pedro pueda hacer nada...

-Tengo que salvarla- dijo Pedro
-Ese hombre es peligroso, hijo- le dijo la señora Luisa- ten mucho cuidado-
-No voy a dejar que me quite a Clara-
-Legalmente sigue siendo su esposa-
-No me importa, el solo la quiere para humillarla y maltratarla, eso no lo voy a permitir-


En la hacienda, Don Nicanor empujó a Clara sobre la cama
-¿Así que pensabas que te habías librado de mi?-
-Por favor, déjeme tranquila-
-Tú eres mía, yo te compré-
-Y después le quitó todo a mis padres-
Una muchacha entró al cuarto
-¿Qué pasa?- preguntó-¿Quien es ella?-
-Lárgate de aquí- le gritó Don Nicanor- después arreglaré cuentas contigo-
La muchacha salió espantada y Don Nicanor miró a Clara:
-Es hora de enseñarte una lección-
Iba a golpearla, pero Clara le sujetó la mano:
-No, señor, usted ya no volverá a levantarme la mano-
-Como te atreves...
Clara lo golpeó en la entrepierna y luego salió corriendo          
-¡No vas a escapar de mi,  ¡Simón, detenla!-
El capataz le cerró el paso
-No te escaparás de nuevo, muchacha-
De pronto se escuchó un disparo y el capataz se derrumbó cuan largo era.
La muchacha que había irrumpido hace unos segundos   en la habitación tenía un arma en la mano y acababa de disparar
-Ya no aguanto más los maltratos- dijo- es hora de poner un alto a todo esto-
-Lo mataste...
-Vete, haré lo mismo con Don Nicanor, aprovecha de escapar, aprovecha tu libertad-
-Pero tu...
-¡Vete!-
Clara montó un caballo y escapó, solo escuchó un disparo cuando iba saliendo de la hacienda.

Fue el fin de Don Nicanor.

Clara volvió a la casa de la señora Luisa  .

Días después le avisaron que sus poemas serian publicados.
Empezaba una nueva vida para Clara, Pedro y la pequeña Gabriela.
Clara dejaba atrás los maltratos y las humillaciones, el futuro solo auguraba felicidad.
Fin