miércoles, 26 de octubre de 2016

Como sobrevivir siendo un weon en un liceo de Coquimbo, capitulo 59

RESUMEN: Jetulio le pide a Don Orlando que le enseñe a pelear para defenderse del Wilson.  En el liceo nuestro amigo decide hacerle frente al Wilson….

-Vos estay cagao- le dijo el Oscar
El Wilson llegó furioso
-¡Te voy a matar!-
Jetulio estaba muy asustado, pero entendía que era el momento de ponerle un alto a las humillaciones del Wilson
-¿No vay a arrancar, weon?- le preguntó este ultimo
-No, ya no-
-Jejeje-
El Wilson se frotó las manos y luego estrelló su puño contra su palma
-¡No le pegues, matón!- gritó Laura
-No se meta, mijita- le dijo el Wilson
Había  muchos niños de otros cursos mirando
-¡Pelea, pelea!- gritaban
-Vean como le saco la cresta a este weon- dijo el Wilson
Pero su confianza fue su perdición; Jetulio se atrevió y le propinó dos puñetazos que lo dejaron tumbado de espaldas.
Todos  se quedaron mudos de impresión
--Eso, mi Jetulio  - dijo Laura
El Wilson se puso rojo y se puso furioso de pie:
-¿Así que el aweonao aprendió a pelear?-
-¡Paren ya!- dijo Laura
Pero Jetulio estaba dispuesto a cobrarse todas las que le había hecho el Wilson, con dos puñetazos lo dejó otra vez en el suelo y cada vez que el Wilson intentaba pararse le llegaba un combo.
Hasta que ya no lo hizo más.  
-Ya no quiero que me volvay a webear mas- le dijo Jetulio
-¡Salvaje!- le gritó la Vilma- mira como dejaste a mi Wilson
-Sin resentimientos, compadre Jetulio- le dijo el Oscar
Pero con dos puñetazos Jetulio lo dejó tumbado en el piso.
Se ganó un gran beso de Laura.
-Te quiero- le dijo él, sorpresivamente    
Laura lo miró sorprendida
-¿Que dijiste?- preguntó
Después de haber vencido al Wilson, Jetulio se atrevía a cualquier cosa:
-Estoy enamorado de ti, Laura-  le dijo
-Uuy, que lindo-
Ella le dio un gran beso y Jetulio sintió como si flotara.  Ese solo beso lo hizo olvidar de todas las penas de amor pasadas, de la Belén, de la Karen, de la Caroline...


Jetulio y Laura se pusieron a pololear.
Su relación duró mucho tiempo y nuestro amigo terminó los estudios y luego se convirtió en un gran arquitecto.


Fin         

lunes, 24 de octubre de 2016

Sureña de mi alma, capitulo 1

Como cada tarde de sábado veía con cierta nostalgia como los demás jóvenes de mi edad bajaban al centro a divertirse, se perdían a lo lejos mientras el sol agonizaba en el horizonte.
La noche de sábado era noche de carrete para todos menos para mí y siempre me preguntaba ¿Cómo sería salir una noche de parranda? ¿O cómo será emborracharse hasta el amanecer?
Mi mamá me decía que salir por las noches era muy peligroso, que en el centro de la ciudad solo había vicio y perdición.

Tengo 18 años recién cumplidos,  vivo solo con mi mamá, nunca he salido a una fiesta, mi mamá prácticamente me obliga a acostarme temprano (A las ocho ya estoy bajo las tapas, sea invierno o sea verano) soy hijo único, por eso mi madre me sobreprotege demasiado, ella dice que me parezco mucho a mi padre (Quien murió hace tiempo) Y que nunca va a dejar que nada nos separe.
Nunca he tenido polola (Una vez una niña se enamoró de mí, pero mi mamá la espantó a escobazos y ella nunca volvió).
Tengo muy pocos amigos, estos se han rendido conmigo y hace rato que dejaron de invitarme a salir con ellos.

Voy de la casa a la escuela y viceversa, salgo muy poco a comprar y los vecinos me apodaron el monje porque vivo encerrado.

Así paso mis días, acompañando a mi madre viendo novelas o ayudándola a hacer las cosas de la casa.
No había conocido el amor hasta que llegó la maravillosa sureña que cautivó cada fibra de mi alma: Érica.  

Todo comenzó aquella tarde; mi mamá estaba pegada a la ventana mirando hacia la calle:
-Vecinos nuevos- dijo- tremendo camión que hay estacionado allá-
Me asomé por la ventana y vi el camión de mudanza estacionado afuera de la casa de los Martínez, abandonada ya hace mucho.
De pronto de otro vehículo bajó una mujer con las piernas más lindas que hubiera visto antes y con una falda de infarto.