viernes, 20 de enero de 2017

Los Alvarado cuando eran chicos capitulo 1


1-     Vida de Alvarado

En la hermosa hacienda de Tongoy Alto, en una casona a los pies de los grandes cerros vivían los Alvarado, una familia de nueve integrantes: Don Ángel, la señora Rosa y sus hijos: Julio, Adriana, Humberto (Alias el Peca) Judith (Alias la Judi) Rosa (Alias la Mingue)  Ángela (Alias la Quela) y el peño Ángel a quien todos le decían Lelo.
La vida era sencilla y muy tranquila en Tongoy Alto, la señora Rosa y Don Ángel se levantaban apenas cantaba el gallo, ella empezaba a hacer las labores del hogar y sacaba a las cabras del corral y él se iba a trabajar al campo  en su caballo.  Los niños se levantaban después,  como estaban en vacaciones de verano no tenían que madrugar para ir a la escuela, pero de todas formas colaboraban en la casa y luego se iban a jugar por el campo, a los cerros, a pillar perdices o liebres o a jugar con los vecinos. 
Las casas en el campo estaban separadas un par de minutos unas de otras.

Esa mañana  a la señora Rosa le tocaba hacer pan amasado.  Ya tenía preparado el horno de barro y aprovechó de poner la olla con la cazuela mientras amasaba.
La Quela la ayudaba mientras la Adriana y la Judi ordenaban.  A la Mingue la habían mandado a lavar la ropa al bajo.
Era una calurosa mañana de verano, pero el viento ya comenzaba a soplar moviendo con fuerza las ramas de los perales y las higueras cercanas.
El Julio se había ido a andar por los cerros y el Peca como era habilidoso con la madera, fabricaba figurillas, el pequeño  Lelo lo miraba fascinado con ganas de meter la mano, pero cada vez que lo intentaba el Peca lo regañaba:
-Vos no sabis- le decía – Tenis que mirar nomas-

La Mingue ya había terminado de lavar la ropa y antes que la mandaran a hacer otra cosa se arrancó por entre el bosque que había en el bajo.  A ella le gustaba andar subida en los árboles o en los cerros, por eso en un principio le decían “La pingue”, pero con el tiempo el sobrenombre fue modificándose hasta que terminaron por decirle Mingue.
Le había sacado una honda al Peca y la tenía escondida entre las ramas de un peral.
-El día está ideal pa ir a cazar tórtolas- dijo
Se armó de unas piedras y se adentró en el otro bosque, cerca de la gran casona que era ocupada por la Chirusca.

Logró atrapar dos tórtolas y se las llevó a la señora Rosa para que se las preparara
-Pa mañana- le dijo la señora Rosa
Y antes de que la mandaran a hacer algo, la Mingue volvió a arrancarse al bosque.

Entretanto la Adriana había ido a buscar agua al pozo cuando se encontró con un joven huaso a caballo.
El muchacho se ofreció para ayudarla con los baldes de agua.
  Era el Segundo Torrejón y hace tiempo que andaba a la siga de la Adriana.
Tan enamorado andaba que quería hablar con Don Ángel y pedir a la Adriana en matrimonio.
-Cualquiera de estos días voy a venir a pedir tu mano, Adriana-
La Adriana se sonrojó y a la vez se asustó, si se casaba iba a tener que ir a vivir con el Segundo al campo de los torrejones
-Vamos a andar a caballo-
-No tenemos caballo, mi apá tiene, pero lo está ocupando-
-Entonces vamos a caminar-
-Bueno-
Se fueron caminando por un sendero, el segundo dejó amarrado el caballo en el portón de los Alvarado.
En ese momento pasó el Colo, uno de los hermanos Varela, y vio al caballo
-Ese caballo no es de Don Ángel-
Se le ocurrió que podía sacarle un muy buen precio si lo vendía.
Lo desató cuidadosamente y se lo llevó.

Cuando el Segundo y la Adriana volvieron no encontraron al caballo
-¿Y mi caballo?-
Ni la señora Rosa ni la Judi habían visto ni escuchado nada
-¡Se robaron mi caballo!-

El Colo iba a vender el caballo de inmediato.

  

miércoles, 18 de enero de 2017

Sureña de mi alma, capitulo 7

-¿Te di miedo?- me preguntó
Sus ojos café se clavaron en los míos y no supe donde meterme
-¿Me tuviste miedo?- volvió a preguntarme
-No...
-Entonces ¿Por qué no has vuelto a visitarme?-
-Yo...No he tenido mucho tiempo-
-¿Quieres ir a tomar once conmigo esta tarde?-
-¿Yo?-
-Si pues, si dices que no me tienes miedo una once no te hará daño-
Tragué saliva, estando tan cerca de ella era imposible decirle que no
-Está bien-
-Como a las seis-
-Ya-
A ver qué excusa le iba a inventar a mi mamá, yo nunca había sido  invitado a otra casa a tomar once.
Pegaría el grito en el cielo si se llegara a enterar que visitaría a Rebeca.
Pensaba hacerme el loco y simplemente no ir para evitar problemas, pero...
-Pobre de ti si no vas- me dijo Rebeca- soy capaz de ir a buscarte a tu casa-
-Si voy a ir-
-Mas te vale, jijiji-

Me pasé un buen rato pensando en que decirle a mi mamá para que n desconfiara.
Le inventé que iba donde una amiga
-¡Una amiga!- exclamó-¿Que amiga?-
-Una..Del liceo-
-¿Como se llama?-
Le inventé un nombre:
-Claudia-
-¿Y de donde es? ¿Donde vive?-
Le inventé una dirección, para ella era raro que tuviera amigas si nunca había llevado a nadie ni me había visto con nadie.
-¿Vas a volver luego?- me preguntó
-Sí, si voy a tomar once nomas-
-Cuidado con las mujeres, hijo, algunas son diablas, te buscan solo por interés-
-Si se-
-No tardes tanto-
-No, mamá-
-Y quiero conocer a esa tal Claudia ¿Oíste?-
-Sí, mamá-
La había convencido, pero aparecieron mis nervios ¿Que iba a pasar en aquella once?-


martes, 17 de enero de 2017

un te amo entre susurros

Todo era felicidad para Ana María y Julián.
En aquel pueblito podían pasear tranquilamente tomados de la mano y besarse sin recibir reproches de la gente.  Nadie conocía el pasado de Julián lo cual era un gran alivio.

Pero un día el manco Araya lo vio y lo reconoció:
-¡Julián!-
Julián frunció el ceño, pero cuando el manco se acercó reconoció su rostro.
-Julián-
-Me está confundiendo con alguien más, señor-
-Claro que no, tu eres Julián, estuvimos juntos en la cárcel, recuerda el robo al banco nacional-
-No sé de qué habla-
-Si lo sabes - miró a Ana María-  De seguro que solo finges porque estas frente a esta preciosidad, pero claro que sabes de lo que hablo-
-Le repito que usted me está confundiendo, amigo-
-No, yo sé de lo que hablo, Julián, jejeje, mejor conversemos cuando estés solo, no quiero arruinar los planes que tienes con esta preciosura-
El manco se alejó.
Julián se sintió apesadumbrado.
-Con el aquí todo puede echarse a perder, es capaz de decirle a todos que yo estuve en la cárcel-
   -Tranquilo, amor, confiemos en que solo se encuentra de paso en el pueblo-

Pero el manco Araya tenía planeado robar la bóveda de Rómulo Roldán
-Julián me puede ayudar, el era experto en abrir ese tipo de cajas fuertes, jejeje, y al saber todo el dinero que hay de por medio de seguro que no se negará, aunque tendré que compartir la mitad con el...Bah, una vez que abra la caja fuerte lo mataré-

Al llegar a casa Ana María intentó calmar a Julián
-Amor, ya deja de preocuparte no va a pasar nada malo-
-Si alguien se llega a enterar de que estuve preso...
Para desgracia de ambos Roxana escuchó todo.
  
    



pantalones por calzones capitulo 3

3
RESUMEN: Greco por fin reconoce que le gustan las vergas y da rienda suelta a su imaginación, por las noches se pajea pensando en pollas y en la universidad pega secretas miradas a sus compañeros...

En clase de gimnasia Greco aprovechó de mirar disimuladamente las vergas de sus compañeros mientras se estaban duchando
-Carlos la tiene bien grande-
No pudo evitar tener una erección viendo como la polla de su compañero se balanceaba de un lado a otro.
-Que ganas de ponerme de rodillas y chupársela enterita, tragármela, que me llegue hasta la garganta, chupar y chupar hasta que su espeso semen se esparza lentamente dentro de mi boca-
Se saboreó, pero sabía que no podía quedar  en evidencia en público.

Desde esa noche Greco empezó a masturbarse más seguido pensando  en vergas, sobretodo en la verga de Roco, se le llegaba a hacer agua la boca imaginando como seria recibir tan enorme pedazo de polla
-Quiero la verga de Roco, la quiero todita, quiero que me rompa mi culito-


Fue un día en que fue a dejar libros a la biblioteca de la universidad cuando vio al viejo Estanislao, sonreía como un sicópata mientras miraba a las niñas pasar:
-Jejeje, estas cabras de ahora- dijo- usan calzones chiquititos-
Greco le miró el paquete, se notaba que lo tenía grande.
-Tiene la media wea-
Greco recordó que el viejo Estanislao a veces se quedaba tirado en la calle de lo borracho que se ponía. 
-Eso me da una idea-
Greco pensaba aprovecharse de la situación; la próxima vez que  viera borracho al viejo
-Estará tan borracho que no se va a dar ni cuenta de cuando se lo chupe-
De pronto alguien le tocó el culo a Greco
-¿Eh?-
Era Lorena
-Hola, mi amor-
-Lorena-
Ella le dio un beso:
-¿Dónde has estado? ¿Por qué no me has llamado  ni has respondido mis mensajes?-
-He estado un poco ocupado-
-Mmm, ¿Ocupado? ¿Con que?-
-Trabajos de la universidad-
Lorena no le creyó mucho:
-¿Salgamos esta noche?-
Greco quería ver pollones  por internet, pero no debía descuidar a su novia o esta empezaría a sospechar que pasaba algo raro
-Está bien- dijo Greco 
Ella le dio otro beso. Greco sintió algo agradable.
-Aun me gustan las mujeres- pensó-  me gustan tanto como las vergas-

Esa noche salió con Lorena, fueron a cenar y bailar, ella se anduvo poniendo alegrona con el vino
-Estoy sola- le dijo -¿Vamos a mi casa?-
Greco tenía pensado  ir a ver videos porno donde aparecieran grandes vergas, pero no podía negarse a la invitación de Lorena.
-Bueno, vamos- dijo
Lorena lo tomó de la mano y lo llevó.

Las tetas de su novia calentaron a Greco, tuvo una erección.  
Si, disfrutaba con las mujeres
-Ven, Greco- le dijo Lorena- Ven, mi amor, extraño tu polla, quiero que me hagas gozar-
Greco empezó  a penetrarla y los gritos y gemidos de Lorena lo encendían mas
-Eso, mi Greco, hasta el fondo-

Había sido  un gran polvo, Lorena había quedado feliz.
-¿Cómo será recibir   una buena polla por el culo?- se preguntaba Greco-¿Cómo será tener  a Roco encima y su polla adentrándose poco a poco en mi culito?-

Esa noche se  pajeó  pensando en la idea de sorprender borracho a Estanislao, bajarle los pantalones y chupárselo.
-Eso quiero; sentir una verga en mi boca, pasarle la lengüita, mmm...
Y justo cuando se estaba pajeando su hermano Gilberto entró en la habitación
-Ah- gritó- el weon pajero-
  



una pega xxx

1
La planta de proceso de productos lácteos estaba necesitada de personal por lo que Don Mauricio (Jefe de planta) no tardó en publicar la noticia en el diario.
Tampoco tardaron en   aparecer los interesados.

Alguien que necesitaba la pega era Cecilia quien había estado cesante hace más de cinco meses.   Tenía cuatro hijos y con el sueldo que su marido ganaba no le alcanzaba.
A él no le hacía mucha gracia que ella trabajara, pero no había otra opción si no quería pasar zozobras
Cecilia hizo  rápidamente un curriculum y  lo envió.
Cecilia era un poco tímida, pero soportaba todo con tal de ayudar a su familia.
Su vecina Inocencia se alarmó al enterarse que Cecilia trabajaría en aquella empresa:
-Hay puros cahuines ahí- dijo- las mujeres son re copuchentas y los hombres re lachos-
-Yo voy a hacer mi trabajo no me voy a meter en cahuines-


Un día miércoles Cecilia recibió el llamado que tanto esperaba de la planta, le avisaban que se presentara al otro día temprano.

El jueves a primera hora ella se presentó en la planta.
El guardia la hizo esperar
-Tiene que esperar a que llegue la señora encargada del personal- le dijo
Cecilia tuvo que esperar y mientras lo hacía veía como iba llegando la gente a  trabajar: había varios  chicos guapos en el lugar.
Cecilia era muy mirona y disimuladamente se  fijaba en el paquete de los hombres.  A veces, cuando su marido no estaba fantaseaba con hombres guapos que veía en la televisión o con algún vecino atractivo.  Imaginaba sus pollas metidas en su boca y ella chupándolas sin ninguna vergüenza.
-Mmm, que rico- pensaba Cecilia cuando veía a algún hombre guapo.
Cecilia era muy caliente en la intimidad y cuando su marido se lo metía gritaba como chancha y pedía mas...Siempre pedía más.

Por fin llegó la señora encargada de personal
-¿Quiénes son los nuevos?- preguntó
Cecilia se acercó, había otras cinco   personas que también  postulaban a un puesto, entre ellos un chico muy guapo que no dejaba de mirarla.
-¿Y ese mijito rico?- se preguntó ella
Y disimuladamente le miró el paquete
-Se dice que estos flacos tienen la media wea-
-Señora- le dijo la mujer encargada, Cecilia reaccionó
-¿AH? ¿Eh? Perdón ¿Si?-
-Ponga sus datos acá-
Le pasaron una hoja y un lápiz para que escribiera sus datos luego le dieron un delantal
-A los leones- le dijeron
Cecilia entró muy nerviosa a una sala donde tenían las botas, era la antesala a la planta
-Habrá que cambiarse de ropa nomas- dijo
Empezó a bajarse los pantalones sin fijarse que Caupolicán, uno de los cargadores la estaba mirando
-Ay oye- exclamó el hombre
-AAAY..
Cecilia se cubrió instintivamente
-Patudo, salga de aquí o grito-
-Tranquilita, yo solo vine a lavarme las manos-
El viejo no dejaba de mirarle las piernas mientras sonreía como un demente
-¡Salga o grito!-
-Vos soy weona como se te ocurre cambiarte de ropa aquí, para eso hay camarines-
Cecilia se puso roja, una mujer entró a la sala
-¿Que pasa aquí?- preguntó y se sorprendió al ver a Cecilia en calzones
-Yo..Yo creí que había que cambiarse de ropa aquí-     
-No, mi niña, hay camarines, vístete y anda a cambiarte de ropa allá-
Pero cuando Cecilia iba a ponerse el pantalón resbaló y cayó de rodillas frente a la verga de Caupolicán   


        

Doña patas negras, capitulo 3

RESUMEN: Mi apuesto sobrino llega a vivir a la casa y no puedo evitar sentir deseo hacia él, a pesar de que se que está prohibido para mi...

Al otro día mi sobrino salió a trotar bien temprano.  Salió con una polera apretadita, tan apretadita que se le notaban los músculos
-Buenos días, tía- me dijo    
Me dio un sonoro beso en la mejilla.
Sus músculos tan cerca de mí, me provocaban tantas cosas...
-Es mi sobrino- me repetía a mi misma- Es mi sobrino, no debo pensar esas cosas-
Pero es que se veía tan guapo que me costaba no echar a volar mi imaginación. 

Julio empezó a estudiar en la universidad y llegaba en las tardes.  Yo por supuesto lo esperaba con la cena lista, ahí también aprovechábamos de conversar, el me contaba de cómo le iba en los estudios.  Era muy habiloso y ya estaba haciendo muchas amistades.
Yo lo miraba atentamente, perdiéndome a ratos en sus ojos azules.

Sin querer (Y aun sabiendo que era prohibido) me fui enamorando de él, de sus ojos, de sus gestos, de cómo me trataba.  Por supuesto que jamás iba a decírselo o al menos eso creía yo.

Una tarde mi sobrino había salido con sus amigos.  Se hizo la noche y yo estaba muy preocupada pues el aun no volvía.
-Pedro, son las once y el Julio aun no llega-
Pero a mi marido parecía no interesarle:
-Deja que el cabro se divierta, mujer-
No podía hacer eso así que me quedé levantada esperándolo. 
Cerca de las tres de la mañana llegó bastante borracho.
-¡Tan tarde, Julio! ¿Donde andabas?-
Apenas podía sostenerse en pie así que lo ayudé a llegar hasta su pieza
-Gracias, tía linda-
Me dio un beso en la mejilla
-Acuéstate mejor-
Pero cuando quise ayudarlo para que se acostara nos caímos los dos encima de su cama, yo quedé montada sobre él.
-Ay...
Estaba tan cerca, nuestros rostros solo a escasos centímetros...
No pude evitarlo; le di un beso.