Miro disimuladamente mi entrepierna con la
esperanza de que el cierre del pantalón esté abierto solo un poco, pero no.
Esta abierto de par en par, se pueden ver mis calzoncillos de He-man .
Trago saliva ¿Como me subo el cierre sin
que los demás de la fila se den cuenta?
Miro a todas partes, la niña bonita está
conversando con unas amigas, los otros igual.
¡Hazlo ahora!
Pero apenas acerco mis manos al cierre noto
que la Yesenia, me está mirando
-Que no se haya dado cuenta- pienso- por
favor, dios, que no se haya dado cuenta-
-¡Fórmense bien!- dice una voz
Mi cara vuelve a cambiar, del susto pasa al
desagrado. Es Don Sergio, nuestro profesor jefe. Me desagrada mucho.
Es nuestro profesor jefe desde el año
pasado y desde entonces no ha hecho más que ponerme apodos o molestarme. Me
puso el cabeza de tortilla y desde entonces los otros me llaman así.
La fila se ordena, intento disimular mi
cierre abierto, espero que Don Sergio no se dé cuenta.
-Hola, carita de tortilla- me dice
-Hola- le digo aunque de mala gana
-Y tan re peinado que vienes-
Me pasa la mano por el pelo y me
chasconea...Y con lo mucho que le costó a mi mamá hacerme el peinado.
-Que no se dé cuenta- vuelvo a rogar y veo
con alivio que se aleja
Intento arreglarme el cierre, pero Don
Sergio nos manda a formarnos en el centro del patio.
Es hora del discurso de Don Víctor.
El himno nacional comienza a escucharse por
los alto parlantes, yo hago como que canto mientras disimuladamente me arreglo el cierre del
pantalón.
Respiro mas aliviado, pero solo por un
momento porque veo que en la fila está el Nicolás Villalobos, con su sonrisa
burlona. Creo que será otro año difícil.
Don Sergio pasa entre las filas de las
niñas y los niños viendo quien canta y quién no. Yo disimulo y muevo la boca para que crea que
canto.
Después del himno viene el discurso de Don
Víctor. Nos dice que está muy contento
de tenernos un año más en la escuela, que le pongamos empeño y que no hagamos
tantas maldades o recibiremos un "ximenaso"
-Aquí tengo a la Ximena- dijo Don Víctor
mientras enseña una varilla
La Ximena. La temida Ximena, una varilla al
parecer hecha de una rama de guayacán, Don Víctor la usaba para pegarles en el poto
a quienes se portaban mal.
Mas de alguno recibió alguna vez un
"ximenaso" , yo le tenía
terror, esperaba nunca tener que recibir uno.
El acto se acaba con un gran aplauso para
Don Víctor quien termina diciendo "Vayan a sus salas"
Entramos a la sala, el Juan está a mi lado, hablando con una niña
que se sentaba atrás.
Don Sergio
entra a la sala
-Buenos días, niños- dice
-¡Buenos días, Don Sergio!- respondemos
todos
Comienza a decir que este año quiere sacar
el curso sin repitentes, después se pone a bromear
-Que no venga pa acá- ruego- que no venga
pa acá-
Don Sergio va preguntando los nombres a
cada niño. Miro atento cuando llega a la niña bonita, esa que vi antes de
entrar.
Belén, así se llama.
Belén y Jetulio. Suena bonito, aunque es
imposible que algo así suceda, las niñas bonitas como ella nunca se fijan en
los feos como yo, a menos claro que tenga plata, pero yo no tengo ni un solo
peso.
De
todas formas me encanta verla, es hermosa.
-¿Que tanto miray, pao?- me pregunta
alguien
Conozco esa desagradable voz, es Nicolás
Villalobos, el muy idiota ya ha comenzado a molestarme
-Te hace falta un combo parece- me dice- un
combo que te quite esa cara de tonto-
No le hago caso y pongo atención a lo que
dice Don Sergio quien sigue hablando.
La llegada del recreo siempre es un alivio,
el Juan y yo nos sentamos en una banca mientras el patio se llena de gritos y
risas, los niños salen a
divertirse. Algunos juegan a las
bolitas, otros juegan al pillarse, algunos conversan y las niñas juegan a
saltar la cuerda mientras que el quiosco de la Pasa se llena de niños que
quieren comprar golosinas.
Belén ya logró hacerse de una amiga, la veo
pasar conversando con la Coni, ni se da cuenta de que no dejo de mirarla.
El recreo se pone desagradable cuando el
Nicolás comienza a molestarme. Juan arranca y yo me veo obligado a entregar mi
colación, un pan con palta que me
preparó mi mamá.
-Está rico- dice el Nicolás mientras de dos
mordidas se termina mi sándwich.
Me moriré de hambre durante toda la mañana.
Fue un mal primer día de clases, yo creo
que lo único bueno fue haber conocido a Belén.
Belén,
en los siguientes días no hago más que mirarla con la boca abierta. Es
tan bonita, pero ¿Sabrá ella que existo? Yo creo que no.
Don Sergio también nos hace educación
física, aunque él solo nos manda, porque nunca lo he viso trotar
-¡Hoy vamos a trotar cinco vueltas
alrededor de la escuela- dijo
Hubo murmullos de desaprobación.
Yo esperaba no cansarme tanto, aunque
empezaba a ocurrírseme una idea:
-¿Y si trotaba al lado de la Belén? tal vez así se diera cuenta de que yo existo.
Empezamos a trotar, los más hábiles del
curso parten adelante, yo no pierdo los pasos de la Belén. Estoy cerca, muy cerca de ella, va junto a
una amiga.
Logro alcanzarlas, casi no se percatan de
mi presencia.
Tras unos segundos la Belén me mira. Me
pongo rojo, como un tomate.
-¿Y este?- pregunta la otra niña
La Belén se e3ncoge de hombros. Yo la miro
fijamente. Es tan linda y huele tan
rico, me dan ganas de abrazarla.
-¿Se te perdió algo aquí con nosotras?- me
pregunta
Voy tan pegado mirándola que no me fijo por
donde voy corriendo.
Tropiezo y me saco la cresta frente a la
Belén y al resto del curso.
