Por un instante los ojos de águila de
Mario se quedan mirándome. Me ha amenazado y confieso que estoy un poco
temeroso, es el matón del curso, no sé si podré ganarle en una pelea ¿Y si
Alejandra ve como me sacan la cresta? no, eso sería terrible, una vergüenza mas
para mí.
Salgo al patio con mis otros compañeros
(intento mantenerme lejos de Mario y sus ganas de golpearme) miro a Alejandra.
Se ve hermosa con el buzo del liceo...Bueno, ella siempre se ve hermosa.
El profe parece que se ha electrocutado
pues su pelo es un caos y hacen que su cabeza se vea enorme, no por nada le
apodan cabezón.
Nos hace trotar por alrededor de la
cancha, algunos de mis compañeros miran como sicópatas como se mueven los
pechos de las niñas al trotar.
Miro
una vez más a Alejandra. Mi vista baja hasta sus pechos, se mueven
arriba y abajo provocativamente.....Dios ¡Que calor hace de repente!
La clase termina y yo estoy agotado,
maldito cabezón, creo que nos odia, no veo otra razón por la que nos haga
tantos ejercicios.
Hora de irse a casa, como siempre espero
a Emily.
Veo pasar a Alejandra....¿Mencioné lo
hermosa que se ve con el buzo del liceo? me quedo boquiabierto mirándola. Ella ni siquiera volta hacia donde yo
estoy. Soy invisible.
Emily por fin aparece
-¿Vamos?- me pregunta
Llevamos una cuadra cuando siento un
empujón.
Aterrizo con mi trasero en el piso y veo
a Mario de pie frente a mí.
-¿Así que andabay sacando la madre?- me
pregunta.
Emily sale en mi defensa
-Oye ¿Qué te pasa?¿por qué lo empujas?-
-Este huevón y yo tenemos cuentas
pendientes-
Una patada en mis
canillas me hace soltar un garabato por el dolor. Me pongo de pie, Emily sigue encarando a Mario furiosa.
-¡Déjalo tranquilo!- le dice, pero Mario
insiste en querer golpearme, me mira como si fuera un tigre acechando a su
presa
-Disculpa por haberte ofendido- le digo
Mario Sonríe:
-Ya es tarde para eso- dice y aparta a
Emily
Me toma del pecho, siento su asqueroso
aliento a papas fritas
-¿no sabes pelear como hombre?- me
pregunta
-Ya te pidió disculpas, ahora déjalo- le
dice Emily
Un grupo de niños se detiene a ver,
imploro porque entre ellos no esté Alejandra
Aparto a Mario de un empujón
-¡Ya te pedí disculpas, déjame
tranquilo!-
-UUUU- gritan todos
Tengo que hacer algo o voy a quedar como
un cobarde frente a todos.
El grupo de niños aumenta, ahora son
casi cien
-¡Pelea, pelea!- gritan
Son como hienas hambrientas esperando
ver sangre ¡Malditos copuchentos!
Un puñetazo da de lleno en mi rostro.
Mario ha comenzado a atacar. Pega duro el bruto, siento un terrible dolor en mi
mejilla y por un instante me tambaleo.
Es la primera vez que me pegan un
combo. Duele
Mario repite la dosis, esta vez en mi
otra mejilla. Mis piernas tiemblan y mis
ojos se ponen llorosos. Emily intenta calmar a Mario, pero este está enceguecido,
no escucha razones.
Un tercer combo me tira a tierra,
Mario se sube encima mío y descarga mas
combos sobre mi cara.
Uno, dos, tres, veinte....No siento mi
rostro, se adormece después de tanto castigo.
Emily por fin consigue apartar a ese
salvaje de mi lado, Mario se para victorioso y recibe la ovación de los allí
presentes. Es el ganador, el que le pega a todos, el que manda en el curso.
¿Yo? yo soy basura.
Dios, que Alejandra no haya visto esta
carnicería.
Emily me ayuda a ponerme de pie. Otros
dos niños se acercan para ver como estoy, casi ni puedo hablar, mi cara está
demasiado hinchada. Maldito Mario.
Emily y un niño llamado Ernesto me
acompañan a la casa. Mi mamá casi se desmaya al verme así.
-Fue Mario- le dice Emily
Mi mamá echa el mundo abajo
-¡Criminal! ¡Se tiene que ir preso! ¡Voy
a dejar la embarrada mañana en el liceo, ese niño es un delincuente no te puede
haber hecho eso!-
Me llevan al consultorio. Una semana de reposo me dieron. Maldito
Mario, cuanto lo odio, por su culpa no voy a ver a Alejandra en una semana.
Mi rostro comienza a dolerme, me veo al
espejo y me veo deforme, con un ojo morado y la mejilla extremadamente
hinchada. maldigo a Mario una vez más.
Esa noche no sueño con Alejandra, a mi
mente se vienen otra vez los golpes de Mario sobre mi rostro y los gritos de
Emily suplicándole para que se detuviera.
Maldito seas, Mario.
11 de
marzo.
Llevo tres días en la casa y estoy muy
aburrido. ¿O es que extraño demasiado a Alejandra? no he dejado de pensar en
ella ni un solo minuto y ruego una vez más porque no haya visto como Mario me
sacó la cresta.
Emily vuelve a visitarme, ha venido
todos los días. Quiero preguntarle por Alejandra, pero sé lo que dirá
"¿Para qué preguntas por alguien que ni te mira?"
Emily me dice que ella se ha hecho que se ha hecho muy amiga de
Kasandra y que ahora se sientan juntas.
Lo único que me faltaba; ahora me voy a
tener que sentar solo. Eso pasa por faltar a clases.
Maldito Mario.
Emily también me presta sus cuadernos
para ponerme al día con las materias.
16 de marzo
Por fin vuelvo a clases.
Voy un poco nervioso, no me agrada tener
que encontrarme con Mario.
¿Donde está Alejandra? La busco por
todas partes con la mirada, pero no la encuentro
Dejo mi mochila en mi puesto y noto que
hay una mochila al lado que no es de Emily ¿Quien se sentará conmigo ahora?
De pronto escucho una dulce voz, es
ella, es Alejandra, pero no viene sola, viene hablando con otro niño y parecen
muy entretenidos.

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