jueves, 17 de noviembre de 2016

un te amo entre susurros, capitulo 15

resumen: Bernardo, el novio de Ana Maria regresa, pero Julian descubre que la engaña...

Bernardo y una mujer del pueblo se estaban besando y Julián observaba todo, tenía ganas de intervenir.
-Este cretino engaña a Ana María, solo está jugando con ella-
Apretó los puños con fuerza, pero no quiso intervenir, sin embargo, lamentaba que Ana María estuviera tan ilusionada con el amor de Bernardo y que este la engañara.
Quiso contarle, pero se arrepintió
-Que lo descubra sola, tarde o temprano lo hará, estoy seguro-

Pero se enfurecía al ver a Bernardo fingiéndole amor a Ana María
-Cínico-  pensaba Julián
Ana María estaba muy enamorada, adoraba a Bernardo y siempre le contaba a su amiga Roxana que pronto se casarían.
Estaba tan ilusionada que Julián no quería romperle el corazón sembrando la duda.
-Será un golpe terrible cuando lo descubra-

Y eso no tardó en suceder: Ana María encontró  a Bernardo con la otra mujer.
Ana María llegó llorando a la casa
-¿Qué pasó, prima?- le preguntó Julián,  aunque él ya sabía la respuesta
-Bernardo me engañó, lo pillé besándose con  otra mujer y el muy canalla me confesó que la veía hace tiempo-
-Maldito, lo voy a…
-No, primo, no vale la pena que te ensucies las manos con el-
-Pero te rompió el corazón-
Ana María lo abrazó y se puso a llorar
-Ya va a pasar esa pena, prima-
-Yo lo quiero mucho, nos íbamos a casar ¿Por qué me hizo esto?, solo jugó conmigo-
A Julián se le rompía el corazón verla así.



miércoles, 16 de noviembre de 2016

campo, guitarra y verso, capitulo 2


2
La abuela Eva miraba emocionada como Juan sacaba las primeras tonadas en la guitarra
-Salió muy re habiloso este niño- dijo ella
El muchacho había sacado una tonada simple, pero muy hermosa, una que la misma abuela Eva le había enseñado:
“A cantar a una niña
Yo le enseñaba
Y un beso en cada nota
Ella me daba.
Aprendió tanto,
Aprendió tanto,
Que de todo sabia
Menos el canto.

El nombre de las estrellas
Saber quería
Y un beso en cada nombre
Yo le pedía.
Que noche aquella,
Que noche aquella,
En que inventé mil nombres
A cada estrella.

Pero pasó la noche,
Llegó la aurora,
Se fueron las estrellas,
Quedó ella sola.
Y me decía,
Y me decía:
Lástima que no haya estrellas
También de día.”

Sacó aplausos del resto de la familia y un beso de su abuela
-Yo quiero aprender a tocar las canciones de Violeta Parra- dijo el niño
-Yo le voy a enseñar, mi niño-
El niño se puso feliz al escuchar eso.

La abuela Eva había prometido enseñarle a tocar las canciones de Violeta Parra apenas volviera de su viaje a Parral donde iba a tocar con su grupo folclórico, mientras tanto Juan intentaba sacar algunas canciones mirando el libro viejo que se había encontrado.

-Pa la noche de San Juan tenis que ponerte debajo de una higuera- le dijo Mauro
-¿Pa que?-
-Dicen que baja el diablo y te enseña a tocar guitarra-
Aunque Juan quería aprender a tocar guitarra le aterraba la idea de que se le apareciera el Diablo, había escuchado historias aterradoras sobre él; se les había aparecido a varios en la hacienda de Villa Clara, a Ña Filomena hasta la anduvo persiguiendo y Don Anacleto decía que a él había querido llevárselo al infierno.
-No, prefiero esperar a mi abuela mejor- dijo Juan

Esa tarde cuando volvió a su casa encontró a su madre llorando
-¿Qué pasa, mamá?- le preguntó
-Na’- respondió ella – solo me duele la cabeza-
Arrugó un papel que tenía en la mano y lo metió al bolsillo del delantal
-Ordena la mesa, Juan que vamos a tomar once-
Ella forzó una sonrisa y se fue a la cocina.
Juan sabía que ella no lloraba por el dolor de cabeza, algo más le pasaba.
Juan solo la había visto llorar cuando murió su abuelo y también cuando falleció un vecino muy querido por la comunidad.

Juan no era un niño muy curioso, pero deseaba saber que le estaba pasando a su madre, escuchó que hablaba con su abuela y se acercó a la cocina sigilosamente.  
-Con una carta y un par de pesos cree que soluciona todo- decía su madre- Al Juan le hizo falta un padre y él nunca estuvo, se mantuvo lejos y se mandó a cambiar con la primera que se le cruzó-
Juan frunció el ceño, ¿Estaban hablando de su padre?
-Que se olvide que tiene hijo- continuó- que se olvide de nosotros, no me va a convencer con unas monedas, yo no lo voy a perdonar nunca y si vuelve no voy a dejar que vea al Juan-

-¿Mi papá  vuelve?- preguntó Juan
 

martes, 15 de noviembre de 2016

El diario secreto de Zaida, capitulo 27

RESUMEN: El sultán me transforma en su amante y por muchos días la pasamos increíble, pero un día llega otra mujer al palacio y me dicen que el weon se aburrió de mi y que me va a remplazar...

-¿Que se cree ese weon?- le pregunté al empleado de nombre raro-¿Cree que puede ponérmelo un par de semanas y después desecharme así como así.   No, ese weon va a saber quién es Zaida-
Iba a ir al salón donde estaba el weon del sultán, pero dos weones grandes me cerraron el paso con sus espadas
-Usted no va a ver más al señor sultán-  me dijeron
-¿Que se cree ese weon? ¡Sultán! ¡Sultán!  Ven pa acá, maricón culiao-
-Cállese-
De pronto alguien puso un pañuelo en mi cara y empecé a sentir sueño, mucho sueño.

Cuando desperté estaba encima de una cama blandita, totalmente desnuda y tenía un collar en mi cuello, este collar estaba unido a una larga cadena.
Parecía una perrita
-¿Qué wea? ¿Qué chucha? ¿Que wea significa esto?-
Un árabe flacuchento apareció, tenía cara de búho el weon.
-Buenos días, señorita- dijo
-¿Y vos quién soy?-
-Mi nombre es Abdul y soy servidor del gran Alí Gargan , tu nuevo dueño-
-¿Dueño? ¿Qué wea?-
-El sultán te vendió a mi señor y ahora tu culo le pertenece-
-No...
-El ya viene. jejeje-
Esperaba que al menos fuera guapo como el sultán, pero me equivoqué, era un feo de mierda guatón y narigón, me miró con codicia
-Hola, esclava, dime tu nombre-
-Ándate a la chucha, weon-
Tiró de la cadena que sujetaba mi cuello, me saqué  la chucha al caer de la cama
-AAY..TONTO CULIAO...
-Tú eres mi esclava, me perteneces, harás lo que te diga..Ahora me dirás tu nombre-
-Zaida, weon oh, me llamo Zaida-
-Ahora me la vas a chupar, Zaida-
Se bajó los pantalones y me mostró una wea re chica, pero bien venoso.  Me cagué  de la risa
-Jajajaja ¿Y esa wea? parece un maní, jajaja-
El weon se puso rojo y furioso además.
-¿Cómo te atreves a reírte de mí?-
-Jajaja-
-Serás ejecutada-
Chucha.
-No weis po-
-Ordenaré que te corten la cabeza ¡Guardias!-
-No, no weis po, weon-
De pronto se escucharon unos golpes afuera de la habitación
-¿Que chucha?-
-¡Guardias!- volvió a gritar el weon
La puerta se abrió de golpe y quedé  con el hocico abierto al ver al Paolo
-¡Zaida!-
Era un aweonao, pero era conocido.  Casi sonrío, casi.
-Zaida ¿Estás bien?-
Casi ni me fijé  en que no me dijo "Señorita" como lo hacía siempre
-Zaida ¿Estás bien?- me preguntó de nuevo
Hasta voz de hombre había sacado el weon
-Estoy bien- le dije
-Vine a rescatarte-
-Pero ¿Como supiste que estaba aquí?-
-Después te explico-
Y para mi sorpresa el weon del Paolo derribó al árabe de un puñetazo
-Vámonos, Zaida- me dijo- nos espera una avioneta afuera-
-si-
A la chucha con el sultán, lo único que quería era volver a Chile.
Afuera nos esperaba una avioneta que apenas nos subimos se elevó
-¿Estás bien, Zaida?- me preguntó el Paolo
-Si- tuve que tragarme el orgullo culiao y agradecerle- gracias, pero ¿Como supiste que estaba aquí?-
-El Alfredo terminó por confesarlo todo-
-Ese feo culiao me las va a pagar-
-No te preocupes, yo ya le di su merecido-
Mmm, me estaba impresionando este aweonao
Continuará...