El hombre que odiaba las cruces, capitulo 7
Acomodaron un catre en la pieza del fondo para que Filiberto
pudiera dormir.
-El colchón es un poco duro- dijo Doña Lucrecia
-No importa, me acomodaré, gracias-
De pronto el hombre se puso pálido.
-¿Qué le pasa, Don Filiberto?-
Miraba espantado una pequeña cruz colgada en la pared
-Esa cruz…No me gustan las cruces, soy de otra religión, lo
siento-
-No se preocupe, yo la saco-
Doña Lucrecia frunció el ceño; era la primera vez que veía a
alguien reaccionar así frente a una cruz
-Odio las cruces- dijo el hombre mientras se sentaba a los
pies de la cama
Doña Lucrecia se llevó la cruz y solo entonces el hombre
pudo respirar aliviado recuperando poco a poco el color de su rostro.
Por la tarde la señora Lucrecia le comentó a Don Benancio lo
que había ocurrido:
-Era como si la cruz lo dañara, lo debilitara-
-Es de otra religión, por eso-
-Mmm-
Por la noche, otro campesino se vio afectado por el ataque a
su ganado; les chuparon toda la sangre sin encontrar rastro alguno del
atacante.
Entretanto Don Filiberto se levantó temprano y salió a
recorrer el campo, se encontró en el camino con la hermosa Graciela, hija del
hacendado Don Juvenal Salmoide
-Buen día, señorita-
-Buen día- dijo ella
Los ojos de él parecían despedir un extraño brillo
-¿Cómo se llama, señorita?-
-Graciela-
En ese momento apareció Don Juvenal, a él no le gustaban los
forasteros
-Graciela, pa la casa-
Continuará….