martes, 26 de julio de 2016

misterio en tongoy, capitulo 1

Moría la tarde en Tongoy.  El sol agonizante  hacia que el cielo se tornara de un matiz anaranjado y la agradable temperatura que se había mantenido durante el día comenzaba a dar paso a un frio que hacia entrechocar los dientes.

La noche llegó con su manto estrellado sobre el pueblo y muy pocos caminaban por las calles, salvo aquellos que iban al trabajo o una que otra pareja que amaba los paseos nocturnos.

Eran alrededor de las diez y media cuando ocurrió aquello.
Romero había sacado a pasear a su perro por la playa Socos mientras se fumaba su habitual cigarro y meditaba sobre lo que tenía que hacer al día siguiente.
-Esta pega va a estar buena- decía para  sí mismo refiriéndose a un encargo que le habían hecho; construir una casa de dos pisos en las afueras de Tongoy.  La pega había estado escasa por casi un mes y aquello le venía como  una bendición.
Lanzó un largo suspiro.
De pronto algo en el cielo llamó su atención; parecía tratarse de un cometa cayendo a gran  velocidad a la tierra
-¡Un meteorito!-
Se escuchó un gran estruendo cuando aquella cosa cayó a unos cincuenta metros de donde Romero estaba
-¿Y esa wea?- se preguntó
Los perros empezaron a ladrar enfurecidos
Romero se acercó al  lugar donde había caído aquel  objeto.
En el suelo se había abierto  un pequeño cráter del cual salía un montón  de humo.  Cuando este se disipó Romero vio piezas metálicas esparcidas  por doquier
-¿Que es esta cosa?-
De pronto vio algo de reojo
-Que...
Un extraño ser corrió hasta perderse en el oscuro arenal.
Por un instante Romero quedó paralizado de miedo. pero reaccionó cuando vio que una patrulla de carabineros se estacionaba en la entrada de la pasarela.

Continuará    

pantalones por calzones, capitulo 1

Se llamaba Greco y era un apuesto muchacho de porte europeo, buenos modales, ojos azules y nariz respingada, blanco como el papel y el pelo negro.
-Parece cuico este weon- solían decir sus amigos
Greco tenía 20 años  y tenía mucho éxito con las niñas de su edad, en  parte por su destacado físico y sobretodo porque era atractivo.   En la universidad tenia a varias que estaban loquitas por él, pero ya estaba pololeando con la bellísima Lorena, una muchacha de nariz respingada y tetas gigantes.  Paseaba orgullosa de la mano con su polola lo que causaba la envidia de muchos, entre ellos Reinaldo, el grotesco hijo del portero quien estaba celoso del éxito de Greco con las mujeres.
-No sé que le ven a ese weon-
Pero la vida de Greco estaba a punto de dar un vuelco de 180 grados.

Todo comenzó con la llegada de Roco a la universidad.
Roco era un tipo grotesco, de rasgos toscos, alto y bien fornido, usaba el pelo alborotado y caminaba como gorila, pero lo que más lo  caracterizaba era su vocabulario vulgar y la manía que tenia  para buscar pleito.

Al principio algunos se atrevieron a llamarle gorila, pero terminaron con la nariz rota, y la fama de matón de Roco se extendió por toda la universidad.

Roco alucinaba con las mujeres delgadas y ya varias compañeras habían caído en sus garras y salían diciendo  que era un maestro en la cama y que estaba muy bien dotado.
Después de que Roco pasaba la noche con las mujeres vociferaba a medio mundo lo que había hecho.:
-Se lo planté todo a la Vicky-

Para Greco aquel sujeto no significaba nada, solo un tipo grotesco al que ignoraba cada vez que pasaba cerca, aunque Roco lanzaba penetrantes miradas a Lorena.

Un día en que Greco salió al baño se encontró con Roco, este estaba meando y Greco no pudo evitar fijarse en su enorme verga
-Media cuestión- pensó Greco
Y no podía evitar   seguir mirando
-¿Qué me pasa?  ¿Por qué no puedo dejar de mirarle la wea?-
Y Roco se dio cuenta:
-¿Que me miray el paquete, weon? ¿Qué te gusta?-
Roco se tomó la polla y empezó a menearla:
-¿Te gusta esta wea? ¿Queris pegarte una chupadita?-
Greco intentó   salir, pero Roco le sujetó el brazo con fuerza
-Suelta...
-¿Te gustan las vergas, weoncito?-
-No, no, suéltame,  yo soy macho-
-Tanto que me mirabay el paquete ¿Queris tocarlo? anda, anímate, jejeje, yo te dejo, weon-
-No...
Greco salió arrancando escuchando tras de si las risotadas de Roco:
-Jajaja, igual te voy a comer, weon, te voy a atravesar, jajaja-

Lorena notó el nerviosismo de Greco:
-¿Qué te pasa, amor?-
-Eh..No, nada-
Pero él no podía olvidar la imagen de  aquel pedazote colgando de la entrepierna de Roco
-Tengo que sacarme esa imagen de la cabeza, no puede ser que ande pensando en vergas-

Greco no pudo apartar la polla de Roco de su mente y empezó a sentir un pequeño calorcito que recorría su cuerpo
-¿Qué me pasa?-
No podía dejar de pensar en esa enorme polla moviéndose de un  lado a otro
-No, no debo pensar en eso, a mi me gustan las mujeres-
Pero aquella imagen seguía ahí clavada en su mente, clavándole las entrañas
-¿Qué me pasa?  ¿Por qué pienso tanto en la polla de ese tipo?-

Y esa noche, por primera vez en su vida Greco soñó con una verga
Continuará