Se llamaba Greco y era un apuesto muchacho
de porte europeo, buenos modales, ojos azules y nariz respingada, blanco como
el papel y el pelo negro.
-Parece cuico este weon- solían decir sus
amigos
Greco tenía 20 años y tenía mucho éxito con las niñas de su edad,
en parte por su destacado físico y
sobretodo porque era atractivo. En la
universidad tenia a varias que estaban loquitas por él, pero ya estaba
pololeando con la bellísima Lorena, una muchacha de nariz respingada y tetas
gigantes. Paseaba orgullosa de la mano
con su polola lo que causaba la envidia de muchos, entre ellos Reinaldo, el
grotesco hijo del portero quien estaba celoso del éxito de Greco con las
mujeres.
-No sé que le ven a ese weon-
Pero la vida de Greco estaba a punto de dar
un vuelco de 180 grados.
Todo comenzó con la llegada de Roco a la
universidad.
Roco era un tipo grotesco, de rasgos
toscos, alto y bien fornido, usaba el pelo alborotado y caminaba como gorila,
pero lo que más lo caracterizaba era su
vocabulario vulgar y la manía que tenia
para buscar pleito.
Al principio algunos se atrevieron a
llamarle gorila, pero terminaron con la nariz rota, y la fama de matón de Roco
se extendió por toda la universidad.
Roco alucinaba con las mujeres delgadas y
ya varias compañeras habían caído en sus garras y salían diciendo que era un maestro en la cama y que estaba muy
bien dotado.
Después de que Roco pasaba la noche con las
mujeres vociferaba a medio mundo lo que había hecho.:
-Se lo planté todo a la Vicky-
Para Greco aquel sujeto no significaba
nada, solo un tipo grotesco al que ignoraba cada vez que pasaba cerca, aunque
Roco lanzaba penetrantes miradas a Lorena.
Un día en que Greco salió al baño se
encontró con Roco, este estaba meando y Greco no pudo evitar fijarse en su
enorme verga
-Media cuestión- pensó Greco
Y no podía evitar seguir
mirando
-¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo dejar de mirarle la wea?-
Y Roco se dio cuenta:
-¿Que me miray el paquete, weon? ¿Qué te
gusta?-
Roco se tomó la polla y empezó a menearla:
-¿Te gusta esta wea? ¿Queris pegarte una
chupadita?-
Greco intentó salir, pero Roco le sujetó el brazo con
fuerza
-Suelta...
-¿Te gustan las vergas, weoncito?-
-No, no, suéltame, yo soy macho-
-Tanto que me mirabay el paquete ¿Queris
tocarlo? anda, anímate, jejeje, yo te dejo, weon-
-No...
Greco salió arrancando escuchando tras de
si las risotadas de Roco:
-Jajaja, igual te voy a comer, weon, te voy
a atravesar, jajaja-
Lorena notó el nerviosismo de Greco:
-¿Qué te pasa, amor?-
-Eh..No, nada-
Pero él no podía olvidar la imagen de aquel pedazote colgando de la entrepierna de
Roco
-Tengo que sacarme esa imagen de la cabeza,
no puede ser que ande pensando en vergas-
Greco no pudo apartar la polla de Roco de
su mente y empezó a sentir un pequeño calorcito que recorría su cuerpo
-¿Qué me pasa?-
No podía dejar de pensar en esa enorme
polla moviéndose de un lado a otro
-No, no debo pensar en eso, a mi me gustan
las mujeres-
Pero aquella imagen seguía ahí clavada en
su mente, clavándole las entrañas
-¿Qué me pasa? ¿Por qué pienso tanto en la polla de ese
tipo?-
Y esa noche, por primera vez en su vida
Greco soñó con una verga
Continuará
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