martes, 17 de enero de 2017

una pega xxx

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La planta de proceso de productos lácteos estaba necesitada de personal por lo que Don Mauricio (Jefe de planta) no tardó en publicar la noticia en el diario.
Tampoco tardaron en   aparecer los interesados.

Alguien que necesitaba la pega era Cecilia quien había estado cesante hace más de cinco meses.   Tenía cuatro hijos y con el sueldo que su marido ganaba no le alcanzaba.
A él no le hacía mucha gracia que ella trabajara, pero no había otra opción si no quería pasar zozobras
Cecilia hizo  rápidamente un curriculum y  lo envió.
Cecilia era un poco tímida, pero soportaba todo con tal de ayudar a su familia.
Su vecina Inocencia se alarmó al enterarse que Cecilia trabajaría en aquella empresa:
-Hay puros cahuines ahí- dijo- las mujeres son re copuchentas y los hombres re lachos-
-Yo voy a hacer mi trabajo no me voy a meter en cahuines-


Un día miércoles Cecilia recibió el llamado que tanto esperaba de la planta, le avisaban que se presentara al otro día temprano.

El jueves a primera hora ella se presentó en la planta.
El guardia la hizo esperar
-Tiene que esperar a que llegue la señora encargada del personal- le dijo
Cecilia tuvo que esperar y mientras lo hacía veía como iba llegando la gente a  trabajar: había varios  chicos guapos en el lugar.
Cecilia era muy mirona y disimuladamente se  fijaba en el paquete de los hombres.  A veces, cuando su marido no estaba fantaseaba con hombres guapos que veía en la televisión o con algún vecino atractivo.  Imaginaba sus pollas metidas en su boca y ella chupándolas sin ninguna vergüenza.
-Mmm, que rico- pensaba Cecilia cuando veía a algún hombre guapo.
Cecilia era muy caliente en la intimidad y cuando su marido se lo metía gritaba como chancha y pedía mas...Siempre pedía más.

Por fin llegó la señora encargada de personal
-¿Quiénes son los nuevos?- preguntó
Cecilia se acercó, había otras cinco   personas que también  postulaban a un puesto, entre ellos un chico muy guapo que no dejaba de mirarla.
-¿Y ese mijito rico?- se preguntó ella
Y disimuladamente le miró el paquete
-Se dice que estos flacos tienen la media wea-
-Señora- le dijo la mujer encargada, Cecilia reaccionó
-¿AH? ¿Eh? Perdón ¿Si?-
-Ponga sus datos acá-
Le pasaron una hoja y un lápiz para que escribiera sus datos luego le dieron un delantal
-A los leones- le dijeron
Cecilia entró muy nerviosa a una sala donde tenían las botas, era la antesala a la planta
-Habrá que cambiarse de ropa nomas- dijo
Empezó a bajarse los pantalones sin fijarse que Caupolicán, uno de los cargadores la estaba mirando
-Ay oye- exclamó el hombre
-AAAY..
Cecilia se cubrió instintivamente
-Patudo, salga de aquí o grito-
-Tranquilita, yo solo vine a lavarme las manos-
El viejo no dejaba de mirarle las piernas mientras sonreía como un demente
-¡Salga o grito!-
-Vos soy weona como se te ocurre cambiarte de ropa aquí, para eso hay camarines-
Cecilia se puso roja, una mujer entró a la sala
-¿Que pasa aquí?- preguntó y se sorprendió al ver a Cecilia en calzones
-Yo..Yo creí que había que cambiarse de ropa aquí-     
-No, mi niña, hay camarines, vístete y anda a cambiarte de ropa allá-
Pero cuando Cecilia iba a ponerse el pantalón resbaló y cayó de rodillas frente a la verga de Caupolicán   


        

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