lunes, 2 de octubre de 2017

Mi amigo Lucho Aguirre, capitulo 1

En una pequeña localidad llamada El Tangue vive mi amigo Lucho Aguirre, si alguna vez visitan ese hermoso lugar lo reconocerán por su gran cabeza y su voz media flautona, además tiene los ojos azules  ("Soy el único ojos azules de todo el Tangue" dice siempre) y un tinte rojizo.
Es feo mi pobre amigo, además es ingenuo y casi siempre le pasan cosas impensadas.

El Tangue es un hermoso lugar, un pedacito de paraíso ubicado en la cuarta región de nuestro país, es una zona campestre, de gente amable y dicharachera, aquí se levantan apenas canta el gallo pues todos son gente esforzada y trabajadora.

En una pequeña casa cerca de la pulpería nació mi amigo Lucho Aguirre.
Fue criado por su madre, la señora Demi quien al ser hijo único lo  sobreprotegía demasiado. Tal vez por eso el Luchín salió medio tímido y asustadizo.
Mi amigo siempre andaba con la señora Demi para todos lados y cuando salía a jugar solito en las totoras los niños lo molestaban.  El Jecho y el Bicache eran muy pesados con él,  le ponían sobrenombres y le hacían bromas crueles, el Lucho solo se reía.  Una vez intentó desquitarse, pero le dejaron el ojo morado y desde entonces les tuvo miedo.
Pero el Lucho tenía un  buen amigo; el Chicho, este a veces iba a su casa a invitarlo a jugar a la pelota  o a buscar nidos de perdices o tórtolas.  El Chicho era su gran amigo, aunque también le decía cabezón.


Ese verano fue muy caluroso, pero el Lucho agradecía vivir cerca de la pulpería, así podía tomarse un helado cuando quería o decirle a su mamá que comprara una bebida, casi siempre una Coca Cola bien helada.
Quedaban pocos días para entrar a la escuela y el Lucho estaba nervioso, no quería volver a clases, en la escuela los niños lo molestaban mucho.
Le pidió a la Demi que lo cambiara a la escuela de Tongoy
-¿Y en que te vay a ir todos los días pa allá? - le preguntó ella- Es mínimo  una hora de camino. No, mi niño, usted sigue estudiando acá en El Tangue nomas-
El Lucho quiso rezongar, pero recordó las tundas a poto pelao que la Demi le daba cuando se portaba mal por lo que desechó la idea. No le quedaba más remedio que aceptar su destino e ir a la escuela del Tangue.
-Mañana voy a ir a Coquimbo a comprarte el uniforme- le dijo la Demi
-Ya, mamita-
Pero el Lucho se olvidó de lo que  su madre le había dicho y cuando despertó al otro día se asustó al no encontrarla.
-¡Mamita ¿Donde estay? - preguntaba con los ojos llorosos
Buscó por toda la casa, hasta en el gallinero, pero no la encontró.
En puro pijama fue a preguntarle a la Marta si la había visto
-Tu mamá salió temprano- le dijo la Marta- se fue en un auto-
-¿En un auto?
El Lucho se asustó
-Tu mamá se fue de la casa, cabezón- le dijo el Bicache que a esa hora estaba comprando pan- se aburrió de ti y se fue-
Al Lucho se le llenaron los ojitos de lagrimas
-¡Mentira! ella no se pudo haber ido..
-Ayer me dijo que se quería ir de la casa, que te iba a dejar solo-
El Lucho salió llorando de la pulpería
-MAMITA, MAMITA....
Se fue a las casas más cercanas  a preguntar si la habían visto, pero era como si a la Demi se la hubiera tragado la tierra
-Entonces es cierto, mi mamita se fue de la casa-
El Lucho se puso a llorar ¿Que iba a ser de el ahora? ¿Quién lo iba a cuidar?  
El guatón José pasó por ahí
-¿Que tenis, cabezón? ¿Por qué lloray?-
El Lucho con un hilo de   voz y con los mocos colgando le contó:
-Mi mamita se fue de la casa-
-¡Se aburrió de ti!- le gritó el Bicache
-¿Que voy a hacer ahora? Voy a tener que quedarme solo ¿Que voy a comer?-
-Vay a tener que decirle a tu padrino Aquiles que te adopte-
-Eso voy a hacer-     
El Lucho empezó a meter sus cosas en un bolso.
En ese momento llegó la señora Luz, una vecina
-¿Que estay haciendo, luchito?-   le preguntó
-Mi mamá se fue de la casa y ahora no me queda más que ir a vivir con mi pairino Aquiles-
-¡Tonto! Tu mamá no se ha ido de la casa, solo fue a Coquimbo a comprar mercadería-
Fue cuando el Lucho recordó que su madre se lo había mencionado la noche anterior
-¡De veras que me lo dijo!-
-Cabeza de pollo, la Demi me encargó que te cuidara-

El Lucho se quedó   esperando a su madre en casa de la señora Luz.
Recién en la tarde apareció un colectivo por los polvorientos caminos del Tangue.
Ahí venia  la Demi y el Lucho corrió feliz a abrazarla
-¡Mamita, mamita!-
-Hola, mi niño-
-Te eché tanto de menos, mamita linda-
-Y yo a ti, mi niño-
El Lucho ayudó a bajar las cajas
-Te compré la ropa de la escuela- le dijo su madre
El Lucho se puso nervioso, pero cuando la Demi le mostró que le había traído otro regalo, el Lucho se volvió a poner contento.
Era una pelota de futbol.       

    

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