Siempre que había una muerte como la de la
muchacha, los habitantes de Peña Alta se encerraban en sus casas temprano,
sobre todo cuando la luna llena se encumbraba en lo más alto del cielo, sabían
que aquellas eran las peores noches, sabían que la muerte rondaba bajo la forma
de un grotesco lobo y no solo en los páramos, también en las calles del
pueblo. La bestia se paseaba libre,
olfateando por si había alguna víctima, el hacia lo que quería, todos sabían su
identidad, pero no hacían nada por temor.
Lejos, en Londres, la hermosa Catalina
Boydiare se pasea por las tiendas de la ciudad en busca de elegantes vestidos
para llevarse a Chile, está ansiosa por volver a ver a su prometido, Luis
Torreblanca, dueño del hermoso fundo “Los frutillares”, él le había dicho que
le tenía preparada una sorpresa para su regreso.
-De seguro me va a pedir matrimonio- le dijo
Catalina a su amiga Clarita
-¿Ter iras a vivir a ese pueblucho?-
-A su hacienda. Es hermosa y muy grande, voy a ser la dueña
de todas esas tierras-
Continuará…
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