Resumen: Julian se hace pasar por un profesor y asi logra llegar al pueblo donde esta su prima Ana Maria de quien esta enamorado
-¿Cómo te fue en tu primer día, primo?- le preguntó Ana
María al llegar a casa
-Bien, los niños son muy tranquilos y tienen muchos deseos
de aprender-
-Que bueno, y yo estoy muy orgullosa de ti porque estas
saliendo adelante de a poquito-
-Gracias, Anita-
Por la tarde Ana María lo llevó a conocer una vieja
salitrera abandonada que quedaba cerca del pueblo.
El perfume de ella embriagaba a Julián y lo hacía sumergirse más y más en aquel amor casi prohibido que sentía hacia
ella.
Anita tenía un don que la hacía ser distinta al resto; a pesar de que Julián era
un ex presidiario ella no sentía ningún temor
de estar sola con él ni tampoco lo miraba en menos. Eso la
caracterizaba; además de su hermosura
era una gran persona, como pocas.
De pronto ella le tomó la mano:
-Ven, primo, tengo que mostrarte algo-
-¿Ah?-
El se dejó llevar por aquel ángel que tan maravillado lo
tenia
-Por aquí-
Lo llevó hasta una especie de terraza
-Este lugar tiene una vista maravillosa- dijo ella
Pero para Julián no existía nada más maravilloso que ella.
-Desde aquí puedes ver toda la salitrera- dijo Anita -es un
sitio mágico, al menos así lo siento yo .
Siempre vengo aquí para relajarme-
Ana María se sentó en un banco desde donde se podía
observar los viejos muros de la salitrera
y toda la ciudadela abandonada hace ya mucho tiempo atrás.
Julián se sentó a su lado. Ella le sonrió.
Que ganas de decirle cuanto la quería, que ganas de decirle
que se había enamorado de ella, que aunque
fuera su prima y sonara como algo ilógico no podía dejar de pensar en
ella.
-A Bernardo no le gusta venir mucho para acá- dijo ella
-¿Quien es Bernardo?-
-Mi novio-
La sonrisa se esfumó del rostro de Julián.
Claro, una muchacha tan hermosa como Ana María jamás iba a
estar sola

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