miércoles, 7 de diciembre de 2016

uy, vecinita, capitulo 7

RESUMEN: El gimnasio de Paolo comienza a funcionar y como era obvio Paulina se inscribe, como ella no quiere irse toda sudada a la casa Paolo le facilita las duchas del lugar...

Mientras se duchaba Paulina no podía dejar de pensar en Paolo y en lo cerca que estaba.  El se veía tan bien con su polera ajustada, se le notaban los músculos
-Mijito- volvió a decir Paulina por enésima vez mientras   deslizaba su mano lentamente hasta su coño.  A pesar de que el agua estaba bastante fría ella tenía calor, el calor que le provocaba la cercanía de Paolo.

Al salir de la ducha lo volvió a encontrar, el estaba sin polera levantando unas pesas, sus músculos bañados en sudor parecían brillar. 
Paulina se quedó mirándolo unos instantes.
-Es tan atractivo...Y esos músculos que parecen de acero..Mmm...
El se percató que ella lo estaba mirando, le sonrió.  Paulina se puso roja.
-¿Ya te vas, pauly?- le preguntó el
-Sí, gracias por la ducha-
-Cuando quieras-
Se despidió con un beso en la mejilla, ella se estremeció al estar tan cerca de él, de aquellos músculos. 
-Tengo que dejar de pensar en el- se decía- no me puede gustar, no me puede gustar, soy casada-

Ño Ceferino pasó a su lado en la calle, se detuvo y se dio vuelta solo para mirarle el culo
-Mijita- le dijo y empezó a silbarle
-No soy ningún perro para que me silben-   dijo ella molesta
-Uy, tan brava, mijita, asa me gusta, que se resista, después las disfruto mas-
El viejo sonrió mostrando su boca desdentada, a Paulina le dio asco
-Viejo chancho-
-¿Sabe cómo me dicen a mí, mijita? ¿Sabe cómo me dicen?-
-No me interesa-
-A mi me dicen el burro, jejeje, y ya se puede imaginar por qué-
El viejo hizo un gesto obsceno, pero Paulina lo ignoró y continuó su camino
-Viejo chancho-
-¿Si? ¿Viejo chancho? ya te quiero ver cuando vengay solita a rogarme que te lo meta-
Paulina se metió a su casa mientras el viejo seguía silbándole y tirándole besos
-Viejo weon-

Una mañana en que Paulina había salido a hacer tramites al centro  volvió a encontrarse con Ricardo, este se ofreció  para llevarla a su casa en su taxi.
-Bueno- dijo ella


La intención de Ricardo era saber donde vivía Paulina
-Cuando necesites un taxi solo llámame- le dijo el- te di mi numero-
-Sí, pero se me perdió-
Ricardo quería el numero de Paulina para así poder llamarla o mensajearla.  Ella seguía en sus pensamientos, también se había obsesionado con ella.
-Así que esta es tu casa- le dijo al llegar
-Si-
-¿Y estas solita ahora?-
-No-
Cuando Paulina se bajó Ricardo le quedó mirando el culo
-Sigue igual de rica como siempre-

Ahora que ya sabía donde vivía Paulina  podía ir a verla, pero primero debía asegurarse  que no estuviera el marido.

Era tanta la calentura que Ricardo sentía por Paulina que ese día no salió a su habitual recorrido en el taxi, en vez de eso se quedó vigilando el barrio de Paulina.
Hernán se fue a trabajar temprano.
-Quedó solita-
Ricardo fue a golpear la puerta de Paulina
-Bah- dijo ella-¿Quien será tan temprano?-
Llevaba puesta su tenida para el gimnasio: una polera ajustada y unas calzas negras también muy apretadas.
-¿Será el Paolo que me viene a buscar?- se preguntó ella emocionada
Abrió la puerta y se sorprendió al ver a Ricardo 
-Ricardo ¿Qué haces aquí?-
-Que linda te ves-
Y sin decir nada mas la tomó por la cintura, la acerca a él y  la besó a la fuerza.





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